XLVII. What The Hell Is A Stiles?

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"¿QUÉ DEMONIOS ES UN STILES?"


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Stile —leo lo que me muestra Lydia en la computadora—. Un arreglo de pasto que le permite a las personas, pero no animales subir una cerca...

—Definitivamente eso no es nuestro stiles —comenta Sophie quien recién llega. 

Besa mi mejilla y luego se sienta en la silla a mi lado, le sonrío y poso mi mano en su muslo, ayer a penas nos vimos porque estaba preparando todo para sus clases, ya que mañana tiene su primera clase del taller y está realmente ansiosa, no puedo evitar recordar aquella vez en esta misma biblioteca, carraspeo obligándome a pensar en otra cosa.

—Tal vez Malia encontró algo —sugiero.

Nopi, tiene exámenes de recuperación —anuncia mi novia y deja sobre la mesa galletas caseras que huelen impresionante, no demoro en probarla al igual que la banshee—. ¿Ricas? —inquiere buscando nuestra aprobación.

—Excelentes —suspira Lydia, y no alcanzo a responder porque un aullido de coyote se escucha—. Creo que el examen no estuvo bien.

Rápidamente seguimos el olor de la coyote y la encontramos en una sala de insumos.  Gruñe cuando nos acercamos. 

—Malia —la llamo—. Tranquila, estás a salvo. —Pero no funciona—. No te voy a lastimar —escucho como los demás entran—. Ya se está calmando —digo poco convencido.

—No lo creo, cachorro —susurra Sophie cuando nos gruñe.

—Tal vez... debas gruñirle también —sugiere el sheriff temeroso ante sus gruñidos a la defensiva—. Scott, eres el alfa, ¿no puedes hacer que sea más dócil?

—No es ella, somos nosotros. Es su territorio, tenemos que irnos de aquí —comprende Sophie de pronto y nos alejamos un poco de ella.

—Malia venía aquí para superar las lunas llenas —dice Lydia—. Luego comenzamos a ir a la casa del lago.

—Pensé que había un animal salvaje en esa casa —suelta estupefacta la señora Martin.

—No es mucha la diferencia —comenta mi chica y hace una mueca adorable.

—Mejor agradece que no te digo todo —admite Lydia y estoy de acuerdo con ella al recordar aquella fiesta que terminó en un desastre.

Malia parece calmarse porque comienza a volver a ser humana, aparto mi vista rápidamente y puedo oler la incomodidad del sheriff.

—Tranquilos, estoy bien —asegura.

—Me permiten... —la maestra va hasta ella con su ropa.

—¿Saben qué provocó el cambio? —inquiere Stilinski, miro a Sophie y luce pensativa.

GOLDEN EYES || teen wolfWhere stories live. Discover now