XLII. Unexpected Return

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Escucho un gruñido y corro hasta la puerta que da al patio trasero y lo veo: el ardiente policía, pero en serio, literalmente ardiente, porque está cubierto de llamas, solo vistiendo un pantaloncillo «que desgracia»

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Escucho un gruñido y corro hasta la puerta que da al patio trasero y lo veo: el ardiente policía, pero en serio, literalmente ardiente, porque está cubierto de llamas, solo vistiendo un pantaloncillo «que desgracia»

Me distraigo por un par de enfermeros, así que corro a esconderme, pero el ruido proveniente del área cerrada me distrae. Me cuelo por los pasillos hasta llegar a ellos.

—¡Scott! —Voltea hacia mí—. ¿Qué rayos pasó? —espeto sin entender como todo salió mal.

—No lo sé —dice soltando preocupado—. Stiles sigue ahí —Liam nos mira confundido y lo entiendo, pero ahora solo importa Lydia y Stiles.

¿Es que esos dos siempre estarán a punto de morir en este lugar?

—Encontraremos otra manera de llegar a la unidad —asegura.

—¿Cómo pasaremos el serval? —cuestiona Liam.

—No sé aún, pero alguien más podría ayudarnos...

—¿Quién?

—La loca —comprendo, el alfa asiente pero Liam se muestra confundido—. Meredith.

Camino con ellos pero me detengo cuando me doy cuenta, parece que ellos también lo notan, porque voltean a mí. Casi imperceptiblemente Scott asiente y camino tras ellos, mi corazón latiendo como loco, me obligo a intentar controlarlo porque no puedo demostrar lo patética que me siento por tenerlo tan cerca.

—¿Dónde está Theo? —inquiero en un susurro—. ¿Llegó a Lydia?

—Espero que no —dice el mayor.

—Theo la quiere viva —anuncio—. No le hará nada, pero no puedo asegurar que Stiles saldrá ileso.

—Stiles es fuerte —intenta tranquilizarme, pero sé que también es para convencerse a sí mismo.

Llegamos hasta una puerta, de espalda a nosotros está ella, sentada en una silla.

—Meredith —llama Scott, pero no reacciona—. Meredith, soy Scott, Scott McCall —se presenta, nuevamente es ignorado.

Acerca su mano a la silla, y la hace girar. La banshee está en una especie de trance, quizás catatónica, lo que no es de ayuda, bufo levemente porque esto no podría salir peor. 

Se inclina a su altura, toma su mano y comienza a susurrarle, no puedo dejar de mirarlo extrañándolo más que nunca, mi corazón se aprieta, llevamos dos semanas separados y nunca creí que podría sentirme tan dependiente de la compañía de alguien más.

—Necesitamos tu ayuda —dice suavemente el alfa—. Queremos encontrar a Lydia, la sacaremos de aquí.

—Scott, creo que deberíamos irnos —sugiere nervioso Liam.

—Meredith —vuelve a llamarla, ignorando a su beta—. Escucha, debe haber una manera de llegar a Lydia, no podemos superar el serval, ¿cómo la encontramos?

GOLDEN EYES || teen wolfWhere stories live. Discover now