LIV. The Trap

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Sophie Hale

Escucho que tocan el timbre, papá está en casa por lo que espero que él atienda. Salgo de la ducha y me dirijo al vestidor, me pongo las bragas y luego el vestido, peino mi cabello dejándolo en ligeras ondas y luego me maquillo levemente, un poco de máscara de pestañas, blush, gloss y quedo conforme con la imagen que me devuelve el espejo.

Salgo del baño y me sobresalto al ver a alguien de espaldas sentado en mi cama acariciando a Newt, no lo veía hace tres días, desde que terminamos hemos intercambiado unos mensajes, pero nada más.

—¿Hola? —saludo y Scott se da la vuelta.

—Sophie —carraspea y sonríe levemente—. Te ves muy... linda. —Rasca su nuca—. No te conocía ese vestido.

—Fue regalo de Ethan —respondo—. Llegó ayer en la tarde, lo abrí hoy —sonrío—. ¿Viniste por...?

—No he podido comunicarme con Argent —enuncia— lo he llamado, pero nada.

—Y... ¿has intentado con preguntarle a tu mamá?

—No —hace una mueca.

—¿Aún no lo superas? —Me burlo levemente.

—No sé cómo —suspira y me siento a su lado—. Tu papá no estaba muy feliz hoy al verme —comenta.

—Eso es mi culpa —reconozco y me mira intrigado—. Anoche le conté que terminamos, y, bueno... —muerdo mi labio levemente—. Me conoces, y sabes que es imposible que no haya soltado un par de lágrimas —reconozco, él sonríe sin mostrar los dientes y deja un beso en mi cabeza.

»¿Vamos a buscar a Argent?

Y así lo hacemos, solo que Malia se nos suma a la búsqueda en el búnker.

—No responde nuestras llamadas, no está en casa, no está aquí —se queja Malia—. Tal vez Argent no quiere que lo encontremos.

—Que gran deducción —murmuro y Scott me mira extrañado, solo me encojo de hombros.

—Bueno. —Scott aparta la mirada de mí—. Podría tener su calendario en la computadora —sugiere—. Si solo encontramos la contraseña...

—Nunca lo esperé de ti —dice Malia y comienza a probar con contraseñas tontas como armas, muchas armas o cazador, y obviamente falla.

—Malia, te quiero, pero no creo que eso vaya a funcionar. —Le quito la computadora.

—Bueno, ¿por qué sería cazador? —pregunta a nadie en específico—. Si Argent ya no es cazador —se responde a sí misma—. Ni siquiera existen los cazadores de hombres lobos, ¿no?

»¿Por qué pensaría alguien que hay cazadores en el bosque si solo son policías?

Y es aquí, donde Scott me mira de reojo y se hace el desentendido, algo oculta.

GOLDEN EYES || teen wolfDonde viven las historias. Descúbrelo ahora