Our Story

Después de la propuesta. Capítulo 43.

– ¿Y están planeando tener hijos? –Lauren tosió al casi ahogarse con el café que había bebido después de escuchar la pregunta de la novia de Francis.

–Creo que es un tema del que no hablamos mucho pero supongo que no está fuera de nuestras posibilidades ¿o no amor? –pregunté mirando a mi prometida.

–Camz tiene razón –me sonrió con las mejillas enrojecidas y adoraba cuando eso pasaba.

Nos encontrábamos en un restaurante de New York sentadas frente a Francis y Samanta, su novia.

–Pues yo aún no me creo que ustedes estén comprometidas –dijo nuestro amigo antes de beber un poco de vino.

Lauren tomó mi mano por debajo de la mesa y sentía su insistente mirada.

–Pues créelo porque si dentro de cuatro meses aún sigues sin hacerlo, no estarás invitado a la boda –bromeó Lauren haciéndonos sonreír.

– ¿Quieres hijos? –pregunté viendo por la ventanilla del auto mientras mi prometida conducía rumbo a nuestra casa.

–Claro –mi mirada se encontró con la suya al escuchar su inmediata respuesta – ¿Creías que no? –supongo que notó mi sorpresa en mi rostro.

–No, es sólo que imaginé que aún no habías pensado sobre ello o algo así –mi mano estaba sobre su muslo cubierto por la tela de su pantalón negro, eso ya era una costumbre y no parecía molestarle.

–Camila, yo quiero casarme, quiero una familia, quiero ser feliz y sé que todo eso sólo lo quiero a tu lado –decía mientras tenía la mirada atenta al camino.

– ¿Sabes que te amo mucho? –le pregunté acercándome a ella.

–Sólo lo imaginé –me miró por un momento y luego regresó su mirada.

–Pues tenlo por seguro –sonrió y dejé un dulce beso en su mejilla.

–Mamá ¿puedes tranquilizarte? –Clara caminaba de un lado a otro en mi oficina mientras Camila y yo estábamos sentadas en un sofá frente a ella.

–Es que ustedes me estresan, no puedo entender cómo es que quieren una pequeña y sencilla ceremonia. Esto tiene que estar por los aires –como planeadora de bodas, nunca hubiese querido a mi madre.

–Si fuese por mí me llevaba a Camila a Las Vegas y me casaba de una vez con ella –pasé mi brazo por sus hombros y la acerqué más a mí para besar su frente.

–Ni se te ocurra Michelle –se detuvo mi madre y me apuntó amenazadora con su dedo índice.

–Clara creo que estas más nerviosa que nosotras –Camila puso su mano sobre mi abdomen haciendo que nuestros cuerpos entraran más en contacto.