Preparativos. Capítulo 12.

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POV Camila

Dos días había estado en Cuba, el viaje se había acortado gracias a los negocios de mi papá.

–Hola hermosa –escuché la voz de Lauren al otro lado del teléfono.

–Hola Lolo –saludé feliz.

– ¿Cómo va todo en Cuba? –ella no sabía que había regresado y quería que fuera una sorpresa.

–Supongo que bien –me acerqué a la entrada trasera de la casa de los Jauregui y vi la puerta de la bodega abierta suponiendo que ahí estaría Lauren.

Con una mano saludé al guardia que estaba en la entrada y pasé.

– ¿Sigues con el auto? –pregunté cuidando de que nadie me viera.

–Sí, es maravilloso –me asomé por la puerta y la vi metida en el frente del auto.

–Tu madre tenía razón en lo de los overoles rotos y los tenis desgastados –me aceraba a ella en silencio ya que no había nadie más en el lugar.

–Es que son cómodos y además… –la vi salir del cofre del auto – ¿Cómo sabes eso? –guardé mi teléfono en el bolsillo trasero en mi pantalón y la abrasé por detrás.

–Porque estaba viendo ese sexy trasero –bromee besando su hombro derecho.

–Camz –se giró alegre y me besó.

–Lauren –me alejé de ella –Podrían vernos.

–Es que te extrañé –me abrazó de una manera tan distinta a como lo había hecho cualquier otra persona, incluso era un abrazo diferente a los que Lauren me daba.

–Yo también te extrañe mucho –su respiración estaba contra mi cuello y sentí mi piel erizarse.

–Lo siento –dijo separándose de mí.

– ¿Por qué? –fruncí el ceño.

–Te he ensuciado de aceite –miré mi blusa rosa y sonreí.

–No hay problema, además me gusta usar tus playeras –le di un corto beso en los labios.

Después de contarle porque había regresado antes me acerque al reproductor de música que tenía cerca sobre la mesa en donde estaban todas las herramientas.

–The 1975, una delicia –dijo Lauren entonando las primeras frases de “you”.

–No tenía idea de que te gustara restaurar autos –ella seguía arreglando la maquinaria del auto.

–Mi papá –comenzó diciendo –Yo quería un auto y un día trajo mi Super Bee realmente disfuncional y me dijo que si lo restauraba me compraría el auto que yo quisiera pero una vez que lo arreglé me di cuenta de que me había encariñado con ese bebé.

– ¿Y a Chris le dio su auto sin condiciones? –pregunté viendo cómo se acercaba a mí para recargarse en la mesa de herramientas donde yo estaba sentada.

–No, hizo lo mismo sólo que Chris prometió regalarme el Mustang Shelby que está cubierto al fondo –señaló con la mirada y vi que estaba junto a su otro auto –Chris dijo que él lo había reparado y prefirió pedirle un Ferrari a mi papá, el cual no se negó.

–Eso fue trampa –asintió con los ojos cerrados.

–Lo sé y no estoy muy orgullosa de ello, quizá por eso mi favorito es el Super Bee –regresó al auto y siguió reparándolo.

–He llegado linda –apareció un hombre joven con un impecable traje gris quitándose unas gafas oscuras, la barba parecía tener al menos dos días sin ser rasurada, su cabello castaño y una gran sonrisa –Veo que tienes compañía.

–Hola Francis –contestó Lauren sin dejar lo que estaba haciendo.

–Yo soy Francis –tomó mi mano y la beso caballerosamente a lo que sonreí.

–Camila –él sonrió de vuelta.

–Un placer –guardo sus anteojos dentro de su chaqueta –Querida, traigo tu encargo –se dirigió a Lauren quien estaba limpiándose las manos de posible aceite en ellas y se acercó a nosotras.

–Espera –se acercó a un gran botón rojo en la pared y lo presionó haciendo que la mitad de las puertas se abrieran hacia los costados. Eso me recordaba a cuando abrían las compuertas antes de que un avión saliera del lugar pero en vez de salir un avión, entraron varios carros que parecían chatarra.

– ¡Increíble! –podía ver la cara de emoción de Lauren, como cuando un niño entra a una tienda repleta de juguetes.

–Son 28 autos clásicos que no pasan de los 4,000 dólares cada uno en su estado actual pero que restaurados valen más de 10 millones de dólares además de 5 motocicletas únicas de los años 60’s y 70’s compradas con un valor de 2,000 dólares cada una y valuadas por cerca de 15 a 20 millones en estado perfecto –dijo el hombre dejándome con la boca abierta.

–Es toda una fortuna –susurré – ¿Pero por qué comprarlos en este estado y no comprarlos ya reparados y sólo subastarlos? –Lauren parecía estar en su mundo viendo cada auto que seguía entrando.

–Déjame explicarte ya que mi adorada amiga esta en shock. Número uno, es más barato comprarlos en unos cuantos miles de dólares e invertir otros miles de dólares en ellos que comprarlos al mismo precio que los venderás y no obtener ganancias. Es como una ley, compras feo y barato, y vendes bueno, bonito y caro –lo miré asombrada por lo que acababa de escuchar.

–Creo que obtendremos bastantes fondos para más de una fundación –dijo Lauren volviendo la mirada hacia nosotros.

–El equipo que te encargaras de dirigir llegará mañana a las 11, son eficaces y tendrán todos estos autos días antes del evento –sacó sus gafas y se las puso –Nos vemos chicas –besó nuestras mejillas y se fue.

–Tenemos los autos, ahora sólo debo descubrir donde será el evento y como adornaré el lugar –Lauren se colocó entre mis piernas y me abrazó por la cintura recostando su cabeza en su hombro.

–Este lugar sería perfecto –levantó la cabeza mirándome confundida –Después de arreglar los autos lo mandamos a limpiar, colocamos una alfombra para cubrir las manchas del piso, las paredes solo necesitan limpieza y unos cuadros sobre el tema, música, luces, algunos bocadillos, bebida;  las personas podrán pasar entre los autos y mirarlos con detenimiento –sugerí viendo el lugar con la imagen en mi mente.

–Me agrada –sonrió Lauren –Así que encontré a mi decoradora –me besó.

– ¿Yo? –me sorprendí.

–Por supuesto, tu idea es magnífica y sólo tú podrías hacer que se vuelva realidad. Taylor puede ayudarte a conseguir lo que necesites, ella es increíble con eso –adoraba ver a Lauren emocionada.

–Está bien, te ayudaré –nos besamos una vez más y me di cuenta de que mis sentimientos hacia la ojiverde crecían cada vez más.

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