La subasta. Capítulo 13.

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POV Lauren

–Bien, es hora de hacer un repaso –dije viendo a Camila con una lista entre sus manos –Playmouth Fury –comencé con el recuento.

–Sí.

–Porsche 356.

–Sí –caminábamos frente a los carros esperando que no faltara ninguno y que todos estuvieran perfectos para el evento de esa noche.

–Ford Coupe.

–Sí.

Chevrolet Impala.

–Sí.

–Alfa Romeo.

–Sí –Camila tachaba frente al nombre de cada auto.

–Espera –me detuve en seco –Aquí falta el Alfa Romeo Pininfarina.

–No me digas que… –nos miramos unos segundos.

–Chris –dijimos al mismo tiempo.

Faltaban dos horas para el evento y mi hermano no contestaba el teléfono, realmente estaba preocupada y no porque le pasara algo al automóvil sino tenía miedo de que algo le pasara a Chris.

Mi padre había llegado unos minutos después de que Camila y yo nos diéramos cuenta de que faltaba un auto pero él pareció no percatarse de ello.

– ¿Y Camila? –preguntó mi mamá acercándose a mí en medio del jardín.

–En mi habitación preparándose.

–Me alegra que se lleven bien, antes ni se hablaban y ahora parecen las mejores amigas –mi madre sonrió y la acompañe con una sonrisa también.

–Las cosas de la vida mami –dije suspirando inconscientemente.

–Bien, iré a ver que todo esté bien con los bocadillos y las bebidas –mi mamá vestía muy elegante y yo aún seguía con mis jeans y mi camisa de cuadros esperando que mi hermano respondiera su teléfono.

–Joder Christopher –dije viéndolo entrar con el auto hacia la cochera.

– ¿Qué sucede hermanita? –bajó del auto con una sonrisa llena de cinismo.

– ¡¿Qué sucede?! Por Dios, la subasta casi empieza y te llevas una de las piezas más importantes, eso pasa. Agradece que papá no se dio cuenta –estaba realmente molesta con él y Chris sólo reía.

–Tranquila Lauren, tenía que recoger a mi chica y que mejor que en un clásico que vale millones –rodeó el auto y abrió la puerta del copiloto ayudando a bajar a una hermosa chica de cabello rubio.

–Más te vale que metas ese auto antes de que alguien te vea, sin manchar la alfombra y limpiando los neumáticos –amenacé antes de darme media vuelta y entrar a la casa por la cocina.

– ¿Estas bien Lolo? –preguntó Camila acercándose a mí y acariciando mi brazo izquierdo mientras intentaba relajarme respirando profundamente con los ojos cerrados.

–Eso creo –cuando abrí los ojos me quedé anonadada.

Camila llevaba un vestido negro jaspeado con gris y para el cuello llevaba un dobles negro con diseños gris oscuro. No era totalmente ceñido a su cuerpo pero formaba bien su figura y le llegaba poco arriba de las rodillas. A su atuendo la acompañaban unos tacones negros, un maquillaje bastante natural y su cabello estaba completamente rizado.

–Te ves espectacular –al fin pude decir dejando un beso en su mejilla sin arriesgarme a besarla en los labios pues cualquiera podía entrar y descubrirnos.

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