Our Story

La reunión (parte 1) Capítulo 4.

POV. Lauren

El despertador sonó temprano y al mismo tiempo Ally tocaba la puerta de mi habitación.

-Lauren, el desayuno está listo –dijo sin abrir la puerta –por cierto, buen día –el tono de su voz era alegre.

Sabía que algo tenía feliz a mi amiga y me parecía saber qué era pero no diría nada hasta escucharlo de su boca.

Pronto me dispuse a abandonar mi cálida cama para ser golpeada por el frio viento que entraba por una pequeña abertura de la ventana sintiendo mi piel erizarse.

Después de un relajante baño me puse el uniforme y salí directo a la cocina donde efectivamente el desayuno estaba listo, miré el reloj que llevaba en la muñeca derecha y supe que tenía tiempo de sobra.

-“Lauren no olvides que hoy debes estar en casa temprano” –leí el nuevo mensaje de mi papá mientras caminaba por el jardín del colegio.

-“Estaré ahí” –contesté sin más.

-Lauren ven a jugar –escuché a Thomas a unos cuantos metros de mi con un balón entre las manos.

-Hoy llevo falda –dije a modo de broma y él sonrió antes de lanzarme el balón que con facilidad atrape antes de lanzárselo de vuelta.

-Eso nunca te impidió lanzar un balón Jauregui –contestó antes de volver a lanzar el balón solo que ésta vez fue con un poco más de fuerza.

- ¡Cuidado! –grite viendo como el balón pasaba sobre mi directo a la cabeza de una chica.

Rápidamente corrí hacia ella.

- ¿Estas bien? –me arrodillé a su lado al verla recostada sobre el césped.

-Creo que sí –Camila tocó su frente haciendo un gesto de dolor.

-Realmente lo siento –dijo Thomas preocupado justo cuando llegó hasta nosotras.

Ayudé a levantar a Camila pero enseguida sentí como perdía fuerzas por lo que pase una mano por su cintura y la otra por detrás de sus piernas para cargarla.

-Deja que te ayude –se ofreció mi amigo pero me negué.

-Ve a clases, yo la llevare a la enfermería –el no estuvo de acuerdo pero no me quedaría a discutir por lo que le di la espalda y comencé a caminar.

-Lauren… -escuché a Camila susurrar antes de desmayarse.

Tan pronto como llegué a la enfermería, la recosté sobre una camilla. La enfermera se acercó a ella y le miró el golpe en la frente que aunque no era una herida sí tenía hinchada una parte de la misma.

-Estará bien, necesita descansar y un poco de hielo. En cuanto despierte, sentirá dolor en toda la cabeza y seguramente tenga mareos –escuche atenta y asentí.

-Iré por el hielo –me dispuse a salir del lugar pero una voz no me dejó.

-Lauren… -la voz de Camila de nuevo me llamó en un susurro.

-Quédate con ella, yo iré por el hielo. Pero cuando despierte por completo que tome la pastilla –dejó la píldora y un vaso con agua junto a la camilla. Seguido salió.

Tomé una silla y la coloqué a su lado. Me senté y no podía dejar de observarla. Seguía dormida y sin darme cuenta comencé a pasar mis dedos entre sus cabellos cuidando de no molestarla.

-Eres hermosa Camila –susurré antes de ponerme de pie dándome cuenta de lo que hacía.

Salí de la habitación y me quede en el pasillo andando de un lado a otro.