22. A solas.

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ATHENEA

Cuando ya se había hecho algo tarde los chicos se despidieron y se fueron, Hebe también nos había dicho que le caían bien nuestros amigos antes de despedirse e ir a dormir al igual que Missy, Gaby y yo.

Al llegar a mi habitación me cambié por mi pijama que consistía en una camiseta y unos shorts y ya me lancé a la cama para taparme y descansar.

Al siguiente día en la universidad todo transcurrió normal, solo que habíamos ido en el auto que Hebe alquiló y ayer le habíamos dicho a Alex que mientras Hebe esté aquí no sería necesario que nos llevara a la universidad. Así que al terminar las clases salimos de la universidad y nos dirigimos a nuestro departamento luego de despedirnos de los chicos y al llegar aparcamos en el estacionamiento del departamento y al subir a nuestro piso incluso antes de entrar ya un aroma exquisito nos estaba halando hacia el interior como si estuviéramos en un trance, lastima por nuestros vecinos que no probaran las delicias de Hebe.

Entramos las tres siguiendo aquel aroma hasta la cocina donde encontramos a mi hermana sirviendo el último plato de ñoquis en la mesa al lado de la cocina.

《 ahora recuerdo por qué mamá no quería que Hebe se vaya de la casa》.

- ¡Oh por Dios!, no se a quien amo más, si a ese plato de ñoquis, a Hebe por haberlos creado o a mi por llamar a Hebe para que viniera – exclamó Gaby y todas reímos y luego Hebe nos dijo que vayamos a lavarnos las manos para comer y así lo hicimos.

Gaby había sido la primera en salir disparada hacia el baño y luego yo y Missy fuimos a los de nuestros cuartos a lavarnos las manos, Missy ya se había enterado también de que Gaby había llamado a Hebe y la razón de hacerlo, luego de lavarnos las manos fuimos a la cocina de nuevo y nos sentamos dispuestas a disfrutar de aquel exquisito platillo frente a nosotras que estaba más que segura de que sabia igual de bien que como olía.

Devoramos aquella comida como si de leones hambrientos luego de meses sin comer se tratase, sin parar le repetimos a Hebe lo excelente cocinera que era y lo felices que estábamos por que ella estuviese allí y ella decía que era su regalo por haberla dejado quedarse con nosotras aún que eso era ridículo ya que así yo tendría que dormir en el sofá para que mi hermana durmiera aquí en mi habitación lo haría.

Luego de comer y lavar los platos nos pusimos a hablar un rato de cosas triviales y Gaby se encargaba de hacernos reír al igual que Hebe recordando algunas anécdotas de cuando éramos más pequeñas.

- Oigan.. – habló Missy y las tres la miramos cuando jugaba con sus manos y tenía la mirada algo nerviosa.

- ¿Pasa algo Missy?, sabes que puedo matar a quien me digan si tienen una buena razón, claro –

- ¡Hebe! – me quejé por que Hebe dijo aquello tan tranquila.

- Bueno, puedo mandar a matar a quien me digan ¿contenta? – aclaró como si eso fuera mejor y negué – bien, vamos al caso, ¿qué pasa, Missy?

- Yo.. bueno, en la universidad.. Zack me invitó a ir al cine – dijo algo bajo casi en un susurro y su rostro a pesar de casi no verlo ya que tenía la cabeza agachada mirando sus dedos pude ver perfectamente el rojo instalarse en sus mejillas.

- ¡ AHHH ¡, ¡¿y qué esperabas para contarnos mujer?! ¿Ya sabes que te pondrás? – pregunto Gaby luego de soltar aquel grito agudo que hace que casi me tape los oídos.

- ¿ Creen que deba aceptar? – preguntó nerviosa Missy.

- ¡¿Aún no aceptas?!, ¡hazlo ya mujer! ¿Qué esperas?¿que Dios te mande una señal?, pues aquí estoy ¡confírmalo y ve! -hablo Gaby.

Código 87! ©️✔Where stories live. Discover now