EPÍLOGO

498 52 0
                                    

Epílogo.


ATHENEA.

Hoy era el día.

Veía a Loren revolotear por todos lados en busca de su gorro, parecía Snape en Griffindor por que cada paso que daba levantaba su túnica y yo me mantenía al margen viendo como se pasaba de un lado a  otro nerviosa.

Eché un vistazo tras el telón a la gran multitud de gente que se iba posicionando en las sillas dispuestas para el público, entre ellos se encontraban mis padres, mis hermanos, amigos, y novio.

Eros se encontraba vestido con un traje al igual que los demás hombres en la sala, se había graduado hace exactamente dos meses, se graduó con honores y un contrato en una gran empresa a las afueras de la ciudad, le iba bastante bien hasta el momento. Ahora que yo ya me graduaba, solo quedaba Jordan en la universidad, a quien aun le quedaban seis meses.
Gaby y Missy habían sido de las primeras en graduarse del grupo, pues sus carreras no eran largas, luego les siguió Alex, Zack, Óscar, Eros, y ahora yo.

En cuanto a mi relación con Eros, cuando habíamos comenzado a salir unos meses después habíamos terminado por estupideces, pero no habíamos tardado ni un mes en volver, en la actualidad vivimos juntos, de hecho lo hacemos desde hace un año, el departamento fue desocupado desde entonces, pues Missy y Gaby también se habían mudado, de hecho Gaby fue la primera en hacerlo. Mire a Óscar quien no paraba de mover la pierna izquierda y moviendo de lugar cada dos segundos el reloj en su muñeca, estaba nervioso, bueno quien no lo estaría en su lugar, esta noche le pediría a Gaby que se casara con él. Hacia dos días había hablado con sus padres y los de Gaby para pedir su aprobación, para su suerte todos estaban muy alegres, los padres de Gaby amaban a Óscar, pero era de esperarse, en cuanto lo conocieron Óscar les preparó suflé de manzana y pavo relleno, las comidas favoritas de los padres de Gaby, con eso se ganó sus corazones de inmediato, incluso lo llaman hijo.

Hoy era un día muy importante para la mayoría, para mí por que finalmente terminaba una etapa, y comenzaría otra, luego de este día Eros y yo nos mudaríamos a un departamento en las afueras de la ciudad, pues ambos tenemos trabajos por allí y nos tomaría mucho tiempo el ir y venir si nos quedáramos aquí, Eros lo había hecho durante estos dos meses hasta que yo me graduara, cada fin de semana íbamos a las afueras a buscar un buen departamento, hasta que encontramos el ideal.

A pesar de la distancia, manteníamos nuestra amistad con nuestros amigos de hace años, los que se quedan en california solo eran Alex y Jordan.

El coordinador nos hizo una seña a todos para que fuéramos a sentarnos en nuestros respectivos lugares a esperar ser llamados para la entrega de títulos y así lo hicimos. Sonreí a Eros cuando nuestros miradas se encontraron y él hizo lo mismo.

El director comenzó a hablar un poco al igual que algunos otros profesores antes de comenzar a llamarnos. Todos se veían sumamente aliviados y felices al recibir sus títulos, no los culpo, había sido el semestre más duro en la historia, era bueno que al fin hay dado frutos.

Cuando al fin fue mi turno de subir a la tarima, mis padres y amigos no tardaron en gritar animándome, cosa que me hizo reír mientras recibía el papel tan importante, momento captado por el flash del fotógrafo.

Todo fue más rápido luego, una vez que todos tenían sus títulos, hablaron otro rato y luego fue una foto grupal, luego ya estaba siendo asfixiada por mis padres y sus felicitaciones, cuando al fin me soltaron ellos, mis amigos y algunos compañeros, Eros se acercó mirándome algo divertido.

— ¿Aún te quedan brazos para abrazar a tu novio?

— Eres tú quien debe hacerlo.

Sonríe antes de pasar un brazo por mis hombros y acercarme a él dando un beso a mi cabello.

— Felicidades, ahora podremos mudarnos al fin.

— Si, ya no tendrás que levantarte a las 4 de la mañana para viajar a las afueras – sonreí y él me da un beso.

— Y tu ya no tendrás que levantarte a las once de la noche a abrirme la puerta – ríe y yo hago lo mismo antes de abrazarlo – bueno, creo que aún te quedaban brazos.

Le doy un golpe en las costillas que lo hacen reír.

— Que agresiva, deberé hablar con tus compañeros para que me ayuden a recordar mis derechos.

— Eres un idiota – negué con la cabeza antes de ir hacia mis padres estirando su mano para que me siga y así lo hace.

— Cariño estamos muy felices por ti, iremos a casa de los padres de Eros, nos han invitado, Eros dijo que ustedes tenían una cena pendiente- avisa mi madre y asiento.

— De acuerdo, muchas gracias por estar aquí- los abrace a ella y a mi padre.

— Claro que vendríamos, pero bueno, nos vemos, no debemos hacer esperar a nuestros consuegros

Nos despedimos y se marchan, hacemos lo mismo con nuestros amigos y compañeros, y discretamente le damos apoyo a Oscar quien no hacia más que tronar los dedos y mover la pierna frenéticamente, en verdad estaba nervioso.

Luego de un rato nos vamos, me había cambiado de ropa en el baño y ahora iba en el asiento copiloto del auto, Eros conducía tranquilamente en lo que yo cantaba la canción de la estéreo.

Nos lleva a un restaurante donde pedimos la comida y comenzamos a hablar.

— Por mi novia abogada – brinda levantando su copa de vino una vez llena y río alzando la mía chocándola con la suya.

— Eres un tonto.

— Es por tu culpa, ¿Quién te manda a enamorarme?

— ¿Quién te manda a ser tan guapo? –

— Nadie, me sale natural – se peina con los dedos arrogante y le lanzó una servilleta riendo – te amo

— Gracias, yo también me amo.

— JA JA, que divertida – voltea los ojos y me ignora haciendo que riera

— Yo también te amo.

— Lo sé, era inevitable – sonríe de lado y yo hago lo mismo antes de que nos traten nuestro pedido.

Todas habíamos caído que en el código 87.

_______________


NOTA.

Y así después de tres siglos, me a dado por actualizar este libro.

Tengan un buen día <3

♡ ♡¸.•*' hasta siempre '*•.¸♡ ♡

Hera. D

Código 87! ©️✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora