25. Princesa

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Capítulo 25


ATHENEA

Bien, la buena noticia es que ya no tengo sueño, parece que el café y la siesta de ayer me han resuelto el problema de mi sueño extremo, así que ya no parezco un zombie por el departamento, ¡y además hoy no fui a la universidad por que iban a fumigar, yei!

Y la mala noticia es que perdí una de mis pantuflas, ¡y ni siquiera tengo una mínima idea de donde podría estar!, es decir ¿dónde demonios lo dejaría?, tiene que estar por aquí en alguna parte de mi habitación…

‐ Ath, debo ir a la oficina de correos a enviar un paquete a mi jefa, Gaby irá conmigo a comprar no se que de oferta, volveremos en unas horas – avisó mi hermana que se encontraba recostada en el marco de mi habitación

‐ Okay, genial, diviértanse – hable distraídamente mientras alumbraba con la linterna de mi móvil debajo de la cama en busca de mi pantufla.

‐ Nos vemos, cuídate- se despidió Hebe y luego oí sus pasos alejarse y yo seguí alumbrando debajo de la cama, tenía que estar….

¡LA ENCONTRE!

Estiré la mano y la alcance con algo de esfuerzo pero lo hice, y al tenerla al fin en mi poder no tarde en ponerla junto a su otro par en uno de mis muebles de zapatos.

Eran mis pantuflas favoritas.

Solo tienes un par, idiota.

Tú cállate, aún que tuviera otras, estas serían mis favoritas.

Ajá.

Justo cuando estaba en aquel debate taaan interesante con mi conciencia, Missy aparece en la puerta de mi habitación con un papel en las manos y su móvil.

‐ Ey, ¿ya encontraste tú pantufla?

‐ Si, estaba debajo de la cama

‐ Genial, oye ¿podrías acompañarme al centro comercial?, es que necesito estas cosas para la cara, ya sabes, para mantenerla suave y todo eso –

No tenía mucho que hacer y salir a comprar no suena mal.

‐ De acuerdo – asentí y ella sonrió.

‐ Genial, me cambio y vamos – antes de que diga algo ella ya se marchó hacia su habitación y yo me limité a cambiarme de blusa ya que los pantalones que tenía me gustaban y mis converse también  me recogí mejor el cabello y tomé mi móvil y una cartera donde metí mis cosas.

Justo cuando ya estaba lista, Missy apareció y no tardamos en salir del piso y luego del departamento, en la acera ya nos esperaba el Uber que Missy había llamado y entramos y la conductora comenzó a conducir hacia el centro comercial, a medida que avanzábamos la conductora parecía querer hacernos conversación ya que hablaba a cada rato.

Luego de un rato ya habíamos llegado al centro comercial y le pagamos a la conductora quien nos deseó un buen día y bajamos del vehículo para adentrarnos al sitio con un montón de tiendas que nos tentaban a entrar y comprar todo lo que queramos como unas locas compulsivas de las compras.

Primero entramos a una tienda de cosméticos donde Missy compró todo lo que le faltaba para el rostro y yo también había comprado unas cremas y mascarillas que me habían llamado la atención, habían muchas cosas que ni siquiera sabía que servían para el rostro, o al menos no en las formas en las que las presentaban, habían de distintas formas, colores y hechos de distintas cosas, algunas ni sabía para que eran.

Código 87! ©️✔Where stories live. Discover now