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Draco

Al terminar la reunión, salí al jardín. No quería hablar con nadie. Me sentía mal conmigo mismo y el tan solo hecho de pensar en lo que le tenía que hacer, me revolvía el estomago.

—Draco —la voz de una mujer sonó detrás mío.

Me di la vuelta y ahí estaba, la madre de Aura.

—¿Podemos hablar? —Seguía con la cabeza medio baja. Sentía vergüenza.

—No quiero hablar con nadie y menos con usted. —La miré serio—. Y creo que no tengo que explicarle el porqué.

—Draco, lo sé, lo siento. —Estaba parada frente a mi—. Pero las cosas no son como tu crees.

—¿Qué no son como yo creo? —Apreté mis puños.— Os habéis alineado de nuevo con la gente que le arrebató la vida a Aura.

La luz golpeó contra su cuerpo, y ella calló sin conciencia al suelo, desplomándose como una muñeca de trapo

Los recuerdos de ese día ardían. Me quemaban por dentro y no me dejaban pensar en nada más.

—Lo sé, Draco. Y de verdad que lo siento. —Le empezaron a caer algunas lagrimas—. No pudimos evitar su llamada.

—¿Ahora queréis ayudar a volver a destrozarle la vida a una persona?

—Draco, de verdad. No es nuestra intención. No lo hacemos porque queramos. —Sollozaba, pero no le podía tener ni la más mínima compasión—. Nos intentamos ir lejos de todo, pero nadie consigue esconderse de él.

Me di la vuelta, dándole la espalda, para que no viera mis lagrimas caer.

—No voy a hacerlo —hablé con seguridad.

—Draco, no vas a poder desobedecerlo. —Puso la mano en mi hombro.

Me di la vuelta.

—Lo sé, pero al menos lo intentaré.

Lethe

Cuando salimos de pociones, les dije a Blaise y Ava que se adelantaran, ya que había dejado mi libro dentro de la clase.

—Aquí estás —dije, refiriéndome a el libro, y lo agarré.

Salí del aula, topándome con dos superficies duras, que hicieron con mis cosas cayeran al suelo. Me agaché rápidamente, pero una mano cálida se topó con la mía y agarró mi libro. Levanté la cabeza y mis ojos se toparon con un pelirrojo, pero al subir un poco más, vi a otro exactamente igual a él.

¿Estaba viendo doble?

—¿Estás bien?, toma. —Me entregó mi libro—. Soy Fred.

—Y yo George —se presentó su gemelo.

La verdad es que me quedé embobada mirándolos. Eran muy guapos y altos. Su cabello era muy llamativo. Me gustaba.

—George, creo que la hemos dejado perpleja con nuestra belleza.

—Sí, Fred. No hay duda de ello.

—Eh... esto... yo... —tartamudeé y ellos soltaron una risita—. Soy Lethe Shafiq.

—Pues encantado Lethe. —No supe diferenciar si me lo decía Fred o George—. Bueno, nosotros nos vamos. Ya nos veremos por ahí.

Los dos pelirrojos empezaron a caminar y desaparecieron cuando doblaron la esquina del pasillo.

Oblivion | Draco Malfoy (memoria #1) © ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora