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Este capítulo contiene una escena en la que se toca a un personaje sin su consentimiento. Si este tema te incomoda, te recomiendo que saltes esa parte.

***

Lethe

Otro día más en el que no conseguía pegar ojo.
La noche anterior pensaba que lo conseguiría, pero estaba equivocada. Las pesadillas y el dolor de cabeza se volvieron insoportables, por lo que llevaba despierta desde las tres de la mañana.

—Lethe, debes dejar de hacer eso —dijo Ava.

Ambas estábamos desayunando en la mesa de la cocina.

La miré confundida.

—¿De qué hablas? —dije, mientras que me llevaba una galleta de chocolate a la boca.

—De no dormir —contestó—. Lethe, llevas así desde que toda esta mierda empezó. Anoche noté que te levantaste de madrugada y que no volviste a la cama.

—Ava, de verdad, deja de preocuparte —contesté—. Estoy pasando un mal momento. Son mucha cosas y no puedo con todo. Cuando esto acabe, podré descansar.

Ava decidió no decir nada más y seguir desayunando.

El silencio se apoderó del lugar. Solo se escuchaban nuestras respiraciones y el sonido de los cubierto chocando contra los platos. El silencio se interrumpió con la voz de Muriel desde el otro lado de la casa. Gritó mi nombre una vez, pero cuando respondí, no recibí respuesta.

Me levanté de la mesa.

—Voy a ver que quiere —dije y luego salí de la cocina.

Caminé por el pasillo que conectaba la cocina con el salón. Al llegar vi a Muriel parada en la puerta, la cual estaba abierta. No conseguía ver quien estaba al otro lado, por lo que me acerqué.

—¿Qué pas- ¿Draco?

Estaba parado al otro lado de la puerta, con un traje negro y el pelo perfectamente peinado.

—¿Lo conoces? —me preguntó la anciana.

—Sí, sí —dije rápidamente, reprimiendo la emoción que en verdad sentía por verlo de nuevo—. Déjame a mi.

Ella asintió y se alejó de la puerta, dejándonos solos.

—Draco —susurré— ¿qué haces aquí? —pregunté confusa.

Era casi imposible que él supiese donde me encontraba. Nunca le dije nada.

—Te echaba de menos, muñeca —dijo él mientras se acercaba a mi y colocaba las manos en mi cintura.

¿Muñeca?

—Y-Yo también —contestó.

—Bueno, conseguí escaparme de la Mansión —dijo él, alejándose de mi y metiendo las manos en sus bolsillos—. Te quiero llevar a un lugar.

—¿A un lugar?

Él asintió.

—No está muy lejos.

—Draco... no sé-

—Te traeré de vuelta sana y salva. —Me guiñó el ojo—. No te preocupes por nada.

—No sé si...

Se llevó mis palabras con un beso robado. Presionó sus labios contra los míos, empleando una fuerza desmesurada.

—Vamos... —Me miró con esos ojos grises que cualquiera diría que estaba empleando algún tipo de hipnosis por lo atontada que me dejaba. 

—Bueno, está bien —contesté mientras agarraba su mano y salía fuera de la casa, cerrando la puerta a mi paso—. Vamos antes de que me digan nada.

Oblivion | Draco Malfoy (memoria #1) © ✓Where stories live. Discover now