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Lethe

El tacto del duro y frío suelo, junto con el dolor casi insoportable de mi pierna, me hizo jadear, abriendo los ojos de golpe y topándome con el cielo oscuro y estrellado.

—¿Os encontráis todos bien? —preguntó Harry, el cual ya se había levantado del suelo.

Aún sin levantarme del asfalto, giré mi cabeza hacia la izquierda y la vi. Una casa de campo, no muy lejos de donde nos encontrábamos

Presioné con fuerza mi pierna ensangrentada, mientras me intentaba poner en pie.

—¿Dobby, esto es Shell Cottage? —susurró Harry.

Vi a Hermione tendida en los brazos de Ron, y decidí acercarme a ellos.

—Ron —dije y el levantó la mirada.

—Lethe. —Sus ojos fueron a mi pierna—. Joder —exclamó—, eso no tiene buena pinta.

—Lo sé —contesté—. Creo que rozó la arteria femoral. —Miré mi pierna, apretándola para evitar desangrarme.

—Pero bueno, no es importante. —Miré a Hermione y le tomé el pulso—. Vamos, te ayudo a llevarla dentro.

Ron asintió, mientras se levantaba con Hermione y ambos nos encaminamos hacia la casa. Era de noche, por lo que se nos dificultaba ver el camino.

—¿Cómo suenas tan técnica hablando de lesiones? —preguntó Ron cuando apenas quedaban unos pasos para alcanzar la casa.

—Quiero ser cirujana, y he leído bastantes libros sobre medicina  —expliqué, y él me miró sin entender, por lo que me apresuré a resolver la duda que sabía que tenía—: Es una profesión muggle, como los sanadores, pero sin magia.

—Vaya... suena bien.

Deseaba llegar a ser médico algún día...

Llegamos a la puerta, la cual nos la abrió una chica. Era bastante linda y tenía acento francés. Su cabello rubio estaba atado en un moño desordenado, con algunos mechones cayendo a los costados de su delicado rostro.

Entramos al interior, y recostamos a Hermione en el pequeño sillón color burdeos. Miré hacia la morena, y me estremecí al notar lo pálida que se veía. La habían torturado hasta la saciedad.

—Oye —alguien rozó mi espalda; al mirar pude ver aún un chico pelirrojo—, esa herida no tiene buena pinta —dijo—. Deberíamos curarla.

Me senté en una vieja mecedora, estirando la pierna para dejar que el chico la examinada. Rajó mi pantalón —por la parte afectada— y sacó su varita. Murmuró algunos hechizos durante unos pocos minutos, para luego levarse y sacar un pequeño frasco.

—El díctamo ayudará, pero no reparará los daños instantáneamente —explicó, mientras ponía la mezcla en mi pierna.

La piel se regeneró, pero los tejidos aún seguían muy dañados.

—Gracias —dije.

—De nada —contestó—. Por cierto, yo soy Bill y ella es Fleur. —Señaló a la chica.

—Yo soy Lethe —me presenté de vuelta.

—¡Ayuda! —escuchamos el grito desgarrador de Harry que había abierto la puerta con brusquedad.

Harry estaba de pie en medio del salón, con el pequeño elfo en brazos. Dobby tenía una daga clavada. La daga de Bellatrix...

Cayó de rodillas con él.

—Dobby, no te mueras... —El elfo dejó su mirada en un puto fijo y, en ese momento supimos, que ya se había ido

Harry miró hacia nosotros, con las lagrimas aún en su rostro.

Oblivion | Draco Malfoy (memoria #1) © ✓Where stories live. Discover now