Oblivion | Draco Malfoy (memoria #1) © ✓

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Draco

Su cuerpo estaba desfallecido en el suelo. Apenas se movía, pero lo que me tranquilizó fue ver cómo su pecho subía y bajaba a causa de la su respiración lenta y pausada.

Todos los mortífagos huyeron cuando la magia brotó del cuerpo de Lethe, incluso yo tuve que irme, pero a la media hora regresé y la vi en el mismo punto en el que estábamos anteriormente. Ya no estaba de pie, fuerte y gritando, ahora se veía débil.

A lo lejos escuché voces que gritaban su nombre. La estaban buscando.

Me arrodillé frente a ella, acariciando su cara y tomando el pulso en su cuello. Era débil pero se comenzaba a restablecer.

Metí la mano en el bolsillo de mi capa y saqué el frasco con la muestra de magia. No iba a dejar que nadie analizara de lo que era capaz, eso haría que, el peligro que corría, se duplicara.

Agarré el pequeño bote de cristal, y lo estallé contra el suelo. El humo negro y plateado comenzó a expandirse por el aire hasta desaparecer.

—Lo siento mucho —le murmuré.

La agarré en brazos y al segundo estábamos frente a la casa de los Weasley, la dejé en el suelo y me alejé lo suficiente para no ser visto. Esperé durante un par de minutos, asegurándome de que alguien la viese. La señora Weasley la vio, y gritó dándole a entender al resto de que la había encontrado.

—¿Estaba aquí? —preguntó Fred al llegar junto a ella.

Se arrodilló frente a Lethe y le tomó el pulso al igual que lo había hecho yo anteriormente.

—Tiene, aunque es lento —informó.

Al cabo de un rato llegaron los demás. Fred agarró a Lethe y la llevó dentro de la casa. El resto los siguieron hasta que no quedó nadie en el exterior, solo yo, que estaba oculto detrás de la hierba alta.

Ahora tendría que enfrentarme al señor oscuro, e intentar explicarle qué pasó con la muestra de magia. No me esperaba una noche fácil.

🥀

—No.

—¿No? —preguntó furioso levantándose de la mesa—. ¿Y dónde está? porque Bellatrix vio como la recogías.

—El frasco se me perdió en el camino —murmuré con el sudor frío llegando hasta el puente de mi nariz.

—¿Se te perdió? —Rió incredulo—. Baja a las mazmorras, allí a lo mejor cambias de idea.

—No, por favor —pedí suplicante.

—Draco, cállate y haz caso a lo que dice tu señor —siseó mi padre junto a mi.

Me levante con un nudo en la garganta. Y sí, tenía miedo. Muchísimo. Estaba aterrado. Pero, en medio de todo eso, mi preocupación por el estado de Lethe opacaba el resto de pensamientos.

Narrador omnisciente

Estado de inconsciencia. Escuchas, pero no ves. Sientes, pero no te mueves. Se sentía así, pero cada vez escuchaba y sentía menos.

Todos estaban preocupados por el estado de Lethe. No estaba dando señales de despertar y eso los alertaba más.

—Llamemos a un sanador —propuso la señora Weasley—, lleva así 3 horas y no ha despertado, ni siquiera ha movido un dedo.