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Lethe

Mis padres no tuvieron problema en que comiese con los Weasley, el problema sería la fiesta a la que quería ir en fin de año. Por eso me escapaba, porque no me dejarían pasar la noche vagando por ahí.

—Me iré antes —les informé agarrando mi bolso—. Antes de ir a casa de los Weasley me encontraré con Draco.

—Está bien, Lethe —dijo mi madre algo seria y jugando con sus manos—. Ten mucho cuidado y no vuelvas muy tarde...

—No lo haré —aseguré—, en la tarde ya estoy aquí. No me quedaré mucho rato después del almuerzo.

Ella asintió, levantándose del sillón en el que estaba sentada junto a mi padre.

—Te quiero —dijo ella besando mi frente.

—Y yo, mamá —contesté echándole una mirada a mi padre. —Adiós, papá. —Sacudí la mano izquierda y me fui.

🥀

Al llegar, pude ver a Draco recargado sobre la pared. Era perfecto. Su traje negro, el pelo perfectamente peinado y aquellas manos adornadas con anillos. Me acerqué a él y, cuando notó mi presencia, se enderezó.

—Hola —dije.

—Hola. —Se acercó a mi con la intención de darme un beso en los labios, pero yo giré la cara y me lo acabó dando en la mejilla.

—¿Estás enfadada? —preguntó mientras empezábamos a caminar.

—¿Por qué estaría enfadada?

—Por lo que pasó en el tren —contestó.

—Draco, no somos nada, por lo que te puedes ir con quien quieras —respondí—, pero lo que me molesta es que utilices esas cosas para intentar hacerme daño, cosa que no vas a conseguir. Porque, como ya te dije, solo te toco y te beso yo, y si no va a ser así, que cada uno siga con su vida.

—Lo sé, hice mal —contestó—, pero quiero que sepas que no he hecho nada con Nora...

—Eso ya me lo imaginaba —contesté burlona y él puso los ojos en blanco.

Me llevó a tomar ese batido de chocolate del cual hablamos. Pedimos uno para compartirlo. Ambos acabamos todos manchados porque no parábamos de pelear en broma con el vaso, y se acabó derramando.

—Estoy manchado por tu culpa —se quejó, ya fuera del local, viendo su camisa manchada de chocolate.

—No te quejes —lo miré con los ojos entrecerrados—, tú vas de negro y casi no se nota, pero mi camisa en gris y se ve la mancha de chocolate. —Señalé la prenda que se había pegado a mi pecho por culpa del batido.

—Si quieres te la puedo quitar, preciosa...

—Eres un pervertido. —Le pegué en el hombro.

Pasamos prácticamente toda la tarde juntos. Estar con él fue agradable, no sabía cómo explicarlo, pero se sentía bien.

—Bueno, creo que es hora de que me vaya —dije—. Toma. —Me fui a quitar la chaqueta que me dejó para camuflar la mancha de mi camisa.

—Quédatela, tengo muchas iguales. —Sonrió.

Asentí, quedándome en silencio cuando él se acercó a mi.

Oblivion | Draco Malfoy (memoria #1) © ✓Место, где живут истории. Откройте их для себя