Oblivion | Draco Malfoy (memoria #1) © ✓

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Lethe

Intenté levantarme del suelo, pero Nora aún me tenía sujeta del pelo.

—¿Podrías soltarme, media neurona? —dije.

Conseguí zafarme de su agarre y me puse en pie.

—¿Te acostaste con él, si o no? —volvió a preguntar.

—¿Tanto te importa? —contesté —, se os veía muy felices hace un rato.

—¡Sí, sí lo estábamos! —gritó—, hasta que me llamó por tu nombre —exclamó con desprecio.

No pude contener la risa ante aquella confesión y solté una carcajada. ¿La había llamado por mi nombre?

—¡¿De que te ríes?!

—No me grites —dije calmada—, pareces una loca.

Se acercó furiosa a mi y, sin poder impedirlo me plantó la mano en la cara, pegándome una bofetada. Mi cabeza giró repentinamente hacia un lado y el escozor en mi mejilla empezó a aparecer.

—No deberías de haber hecho eso. —Le devolví el golpe.

Draco

Cuando estuve lejos de aquel baño, tuve la necesidad de volver. No podía dejar así las cosas con ella. Me di la vuelta y me encaminé de regreso al baño.

Fruncí el ceño cuando escuché voces y ruidos mezclados en sí. Al llegar habían varios estudiantes alrededor de dos personas. Lethe estaba sentada en el suelo, mientras que Nora se intentaba acercar a ella, pero no lo consiguió, ya que de un momento a otro, algo la hizo retroceder bruscamente, dejándola inconsciente en el suelo.

—Joder —susurré mientras que avanzaba a toda prisa hacia aquella escena.

Lethe le había lanzado a Nora lo que parecía ser un Desmaius, no verbal y sin varita. Delante de todos.

—Lethe. —Corrí hacia ella levantándola del suelo.

—Draco —dijo algo aturdida.

Todos miraban, por lo que la saqué de allí lo antes posible. Llegamos a un pasillo, fuera de la vista de todo el mundo y la puse contrar la pared. Coloqué mis manos a cada lado de su cabeza y la miré.

—¿Qué pasó? —pregunté.

—Nada. —Me miró de forma arrogante—. No te interesa.

—Deja de decir que no me interesa lo que te pase. Lo hace, y más de lo que crees.

—¿Me puedes dejar ir?

—No, hasta que me digas por qué hiciste eso —dije.

—Lo que viste, no fue culpa mía —contestó—, fue por los celos de tu psicótica novia. Y ahora, si me permites, me gustaría irme.

—Nora no es mi novia. Ya te lo he explicado.

Puso las manos en mi pecho y acercó nuestros rostros, susurrándome:

—Me da igual, pero la próxima vez, ten más cuidado y no te equivoques de nombre. Se vuelve un poco loca y no quiero que me vuelva a atacar. —Besó mi mejilla en forma de burla y me empujó lejos de ella—. Que tengas buen día, Draco.

Lethe

—¡¿Y que te dijo?!—preguntó Ava.