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El sol me llegaba directamente a la cara, eso de despertarme con el sol en el rostro no estaba gustándome ni un poco.

Con una de mis manos me talle los ojos, cogí una almohada y me la puse en el rostro con la intención de evadir el calor de los rayos solares, me moví un poco en la cama y fue ahí donde caí en cuenta de lo que había pasado anoche.

De tan solo pensarlo sentí mis mejillas arder y reprimí una sonrisa, había sido fantástico, no eso se queda corto a la bien que me sentí anoche. Abrí mis ojos para toparme con el rubio durmiendo pacíficamente, su rostro estaba relajado al igual que su cuerpo, sus rizos estaban desordenados y el sol le llegaba un poco.

—Buenos días ángel —susurró.

Me sobresalté un poco, sus ojos seguían cerrados pero tenía una diminuta sonrisa su voz se había escuchado bastante ronca, lentamente abrió los ojos para verme fijamente y dejo un beso en mi frente.

—Buenos días solecito.

—¿Has dormido bien?

—Más que bien, ¿tú?

—De maravilla, ¿qué hora es?

Me gire un poco para tomar mi celular y encender la pantalla para ver qué hora era y cuando lo hice casi se me caía la mandíbula.

—Maldición Luke se supone que deberíamos estar montados en un avión ahora mismo, no en la cama.

Luke frunció un poco el ceño y tomo mi celular para ver por si mismo lo que le había dicho.

—Joder…se supone que debería de haber llegado hace una hora.

—Como tú mismo has dicho, deberías.

Se suponía que nuestro vuelo salía a las ocho de la mañana y eran las diez casi las once de la mañana, sabía que era una mala idea dormir hasta tarde, pero bueno en el momento eso no era lo que interesaba, así que teníamos que tomar otro vuelo lo más rápido posible, mientras que Luke veía lo de los boletos me había dado una ducha rápida y después de haberme cambiado guarde todo en mi maleta y le hice el favor a Luke, casi cuarenta minutos después estábamos llegando al aeropuerto para tomar el primer vuelo que salga a Berlín.

Luke había mencionado que después de Berlín irían a Milán y Ámsterdam y yo solo lo acompañaría a Berlín ya que después se la presentación regresaría a Los Ángeles ya que se presentó algo de último momento y tengo que estar ahí mañana en la tarde.

Le dimos nuestros boletos a la chica que los recibía y pasamos para abordar el avión, tomamos nuestros asientos y esperamos a que el avión despegará —el cuál no fue mucho tiempo—, de Bonn a Berlín nos tomaría tan solo una hora y tantos minutos. Luke aún tenía sueño por lo que se acomodo en la silla y recargo su cabeza en mi hombro.

A los pocos minutos se había dormido, tenía los audífonos puestos y estaba viendo las fotos que nos habíamos tomado estos dos maravillosos días, habían tantas fotos lindas que me hacían sonreír involuntariamente, quizás cuando lleguemos a el hotel en Berlín publique una serie de mis fotos favoritas con él.

La hora paso rápidamente por lo que tuve que despertar a Luke para bajar del avión, se había puesto unas gafas de sol ya que estaba bastante deslumbrante.

—Creo que tomar siestas durante un vuelo no es muy recomendable.

—Lo sé, no es nada recomendable, una vez leí que el tiempo adecuado para tomar una siesta son 26 minutos.

—Yo dormí más de 26 minutos, ¿verdad?

—Sí así fue...

Pasamos por nuestras maletas para después tomar un taxi dándole la dirección del hotel.

Lonely Hearts | L.HWhere stories live. Discover now