¿Qué pasaría si al salir de comprar un juego de realidad virtual, terminas despertando siendo uno de los personajes? Y para volver todo más extraño y difícil, resultas ser la villana de la trama.
Esto le paso a Chloe Portman, quien después de comp...
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¿Por qué se hace tan difícil darle algo a alguien? A otras personas quizás les da igual, pero a mi me entran los nervios y los pensamientos de que quizás elegí un regalo culero y a esa persona no le va a gustar. Después de todo esta era mi primera vez regalándole algo a alguien, siendo Chloe ni siquiera podía darme el lujo de regalarme a mi misma, aunque ahora no lo hacía porque me hubiera nacido, me convenía hacerlo porque sino Haruka se enteraría que con efecto ese suéter era el que le había regalado tiempo atrás a Haruki.
No quiero otro interrogatorio.
En la librería estábamos solo Noah y yo, ya que Haruka se fue a quien sabe donde. Solo tenía que ir al almacén, explicarle la situación y darle el suéter nuevo fácil ¿no? Decidida me levanté de la silla del recibidor, saque de mi mochila el suéter que estaba envuelto en papel regalo Angela insistió en que lo envolvieran así, y camine firme hasta el almacén, abrí la puerta de golpe, lo que provocó que Noah se sobresaltara.
-¿Que mierda..? -frunció el ceño.
-Ah, perdón...-me disculpé mientras escondía el regalo detrás de mi.
-¿Qué pasa? -preguntó al ver que no decía nada hace ya unos segundos. -¿Necesitas ayuda con la computadora? -se acercó dispuesto a acompañarme si de eso se trataba.
Realmente le gustó ese suéter, lleva dos días seguidos usándolo.
-No, yo...-desvié la mirada, los nervios me estaban ganando.
-¿Qué? -se acercó a mi hasta quedar a una distancia que normalmente sería prudente, pero en ese momento me parecía algo invasiva. -¿Te sientes mal de nuevo?
-¿De nuevo? -su expresión no cambió, pero sus ojos reflejaban una pizca de preocupación.
-Ayer te fuiste apenas llegaste porque te sentías mal. -explicó haciéndome acordar de mi excusa para salir.
-Ah, no. Estoy bien gracias, sólo...-miré al suelo para darme valor y sin decir nada saqué el regalo detrás de mí. -Ten, es para ti, espero te guste y sino, pues tiralo o véndelo. -hablé rápido y apenas lo agarró me fui corriendo.
¡Soy una pendeja!
Me detuve a medio camino al darme cuenta que simplemente se lo había regalado y no le había explicado que lo cambiaba por el que anteriormente le había dado, quise golpearme mentalmente por lo pendeja que estaba ¿Por qué nada sale como quiero aquí? Noes como si antes pasaba, pero no tenía que hacer cosas como esta.
Me tomo unos segundos armarme de valor. Cuando por fin estuve lista de nuevo, volví sobre mis pasos y abrí abruptamente de nuevo la puerta del almacén, Noah volvió a sobre saltarse, pero esta vez estaba sin nada puesto de la cintura para arriba. Al parecer se estaba probando el nuevo suéter. Quedamos aproximadamente dos segundos mirándonos, él me miraba a mi y yo a su abdomen marcado, cuando nuestros ojos se encontraron, cerré con fuerza la puerta y me quedé parada frente a esta.
