14-Una idol.

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Es increíble como el cuerpo humano puede ser consiente de su alrededor, como por ejemplo, cuando alguien te esta mirando

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Es increíble como el cuerpo humano puede ser consiente de su alrededor, como por ejemplo, cuando alguien te esta mirando. Sientes una ligera molestia en una zona especifica, es tan molesta que no tienes de otra que girarte para ver de que se trata, ahí es cuando te das cuenta que una persona te estaba mirando tan fijamente que tu cuerpo dijo "Oye, te están mirando, despendejate". ¿Por qué estoy explicando esto? porque en este preciso momento, desde hace ya un par de minutos, tengo la sensación de que alguien esta mirandome. Es molesto ya que llevo como una hora tratando de arreglar el sistema de la librería que se cayo, y esa sensación no me deja concentrar. 

Solo tengo dos posibles personas, Haruka o Noah. Uno de esos dos debe de ser el que me esta mirando, no es posible que sea otra persona ya que la librería esta cerrada por el problema del sistema, además de que no estoy segura si Haruka se encuentra en el local.

Será mejor acabar con esto...  

Giré mi cabeza para encontrarme con la persona que no paraba de mirarme. Como había previsto, se trataba de uno de esos idiotas, mas específicamente del hermano de la protagonista de esta historia. Este me observaba fijamente desde el fondo de la librería, al hacer contacto visual conmigo, desvió la mirada y fingió con torpeza estar acomodando unos libros. 

Rasqué mi cabeza molesta, esperé a que volviera a mirarme para hacerle señas con la mano para que se acercara. Este no dudo en acercarse lentamente, como si se tratara de un cachorro perdido, una vez estuvo parado a mi lado, hablé. 

-¿Tienes algo que decirme? -ante mi pregunta colocó una mano en su nuca y desvió la mirada avergonzado. 

-Yo...-murmuró con aparente pena. 

¿A este que le pasa? 

-Si no se trata de trabajo, no me importa. -le corte antes de que siquiera comenzara. -Ya que pareces estar sin nada que hacer, intenta arreglar esto, porque la verdad que llevo rato y nada que se arregla. -dije mientras que me levantaba de la silla. 

-Claro...yo lo arreglo. -contesto desanimado haciéndose a un lado para que yo pudiera pasar.  

Suspiré para restarle importancia a su extraño comportamiento. No hace poco me había gritado e insultado, y ahora se mostraba de esa manera. Era demasiado temprano como para tener que aguantar las extrañas actitudes de los personajes. 

Quiero café...

Miré por la gran ventana de la librería hacia la cafetería, no me costaba nada pasar la calle y comprarme uno, pero eso significaba encontrarme con esos gemelos y la protagonista, cosa que no deseaba en lo absoluto. Tendría que esperar hasta llegar a casa para hacer uno con la cafetera de casa. 

Reencarne en un juego de realidad virtual.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora