29-Temerario.

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❗❗❌¿Lector Fantasma?👻¡Para nada! Deja tu huella🐾,comenta💬,dale a la estrella🌟,sigue la historia❌❗❗

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El aire golpeaba con tranquilidad mi rostro dejándolo cada vez un poco más frío. Luego de dar unas bocanadas de aire, refugié mis mejillas en la bufanda de lana azul, giré sobre mi lugar con cuidado de no resbalar con la nieve y lo busqué con la mirada.

Luego del trabajo salí con Noah, este antes de irnos quiso pasarse por la cafetería donde seguramente está hablando con la protagonista.

Ya habían pasado unos cuantos minutos y mi cuerpo empezaba a acalambrarse de estar parada en el mismo lugar, después de todo no pensaba volver a meterme en esa cafetería con mala atención al cliente, aunque solo fuera a mi a quien trataban culero.

Refunfuñe un poco en mi lugar, hasta que lo ví salir. Sonreí un poco debajo de la bufanda cuando por culpa de la nieve casi se cae con todo y café incluídos.

—No te rías enana, te puede pasar. —me entregó el café con sus mejillas un poco sonrojadas de, supongo, vergüenza.

—¿Cuando me reí? —me hice la desentendida mientras agarraba con ambas manos el café. —Gracias.

—¿Estás lista? —preguntó antes de tomar un sorbo de su café.

—Claro, siempre lista Noitis. —imite la voz de la oxigenada.

—Muy graciosa. —hizo una mueca de disgusto.

Bueno, está claro que no le gusta que le digan así.

Comenzamos a caminar por un largo rato, lo suficiente como para que mis piernas se sintieran pesadas de caminar por la nieve espesa del lugar. Miré a Noah con la esperanza de que me dijera que faltaba poco o, en el mejor de los casos, habíamos llegado, pero no. Simplemente estaba con la vista fija al frente sin expresión alguna.

Maldita jirafa.

Noah obviamente es más alto que yo y sus piernas más largas, por lo cual esta "caminata" que ambos estábamos teniendo no significaba ningún sacrificio físico para él, en cambio para mí, era un martirio.

Haruki jamás había hecho ejercicio, después de todo ya estaba dotada de un lindo cuerpo, y tampoco era fan de ser fitness, así que una simple caminata larga era como trotar por toda la librería por media hora.

—¡Me cansé! —avisé deteniendo mi paso a la vez que Noah se volteaba a verme.

—¿Qué? —me miró extrañado. —¿Tan pronto?

—¿Cómo que pronto? —lo mire indignada. —¿A caso no eres conciente de lo mucho que ya caminamos? Con esta nieve espesa y frío pedorro.

—Enana, apenas vamos caminando cinco cuadras, y apenas hay nieve en la vereda. —se explicó a lo que yo respondí apretando los labios.

Reencarne en un juego de realidad virtual.Where stories live. Discover now