17-Cólicos.

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Olvide que aquí también las mujeres pueden tener su periodo menstrual. Como normalmente no mencionan el hecho en la novela, pensé que quizás en esta vida no iba a pasar por eso otra vez, pero me equivoqué. Claramente iba a pasar. Un pensamiento bastante ingenuo de mi parte. 

Me encontraba envuelta en las sabanas y gruesas frazadas de la que ahora era mi cama, el dolor era intenso y por más que la señora Ishikawa me entregara todo tipo de remedios para el dolor, este no se iba. Es más, se intensificaba, haciéndome casi imposible moverme.

No podía creer lo mucho que sufría Haruki con su período menstrual, sufría horriblemente de cólicos y no podía ni reír porque ya estaba desangrándose. Cuando era Chloe era bastante irregular, ya sea por la mala alimentación o el estrés que tenía todos los días, no sufría dolor alguno y había veces en las que pasaban dos meses sin que llegara.

-Me duele...-me quejé en voz baja mientras me hacía bolita bajo las mantas.

Lo que me molestaba de sobre manera era que no iría a trabajar, la señora Hiroko al verme en este estado se negó a dejarme salir, y no es como que yo tuviera mucha fuerza para negarme. En esta vida yo no necesitaba matarme trabajando para llegar a fin de mes, pero no podía sentirme cómoda estando acostada sin hacer nada. 

No podía dormir, dolía mucho, no podía moverme, volvía a doler, tenía que quedarme quieta para que no doliera tanto. No sé cuanto tiempo pasó, si me quede dormida o no, pero supe que no era de mañana y que no estaba sola en la habitación. Sentía a otra persona sentada, seguramente, en la silla de mi escritorio, podía oír su respiración y como jugueteaba con las cosas de mi escritorio. 

Quizás es la señora de nuevo...

Me moví abajo de las mantas, no mucho, lo suficiente como para que mi cabeza quedara fuera de estas, para así saber quien era esa persona. Cuando miré al escritorio mi sorpresa fue grande. De todas las personas, no me esperaba que fuera él. 

-¿Qué haces aquí? -pregunté sintiendo mi garganta seca. 

-¿Quieres agua? -pregunto y se acercó a mi con un vaso de agua y un sorbito. 

No dije nada, realmente tenía sed. Bebí unos sorbos y volví a recostarme en la almohada, no me moleste en mirarlo, sólo miré el techo, esperando su respuesta. 

-Fue la señora Natsuki. -comenzó a explicarse. -Tu madre le dijo como estabas y ella me mandó a traerte estas cosas. 

Giré a ver las cosas, una bolsa de agua con funda de elefante, unos chocolates y una manta peluda. Sonreí de lado, realmente era bastante conveniente, más tarde se lo agradecería. Volví a mirarlo, esperaba que me explicara porque él estaba en mi habitación, algo que no tardó en darse cuenta. 

Reencarne en un juego de realidad virtual.Where stories live. Discover now