polaris [h.s]

25

Polly no tenía ni idea qué hora era pero presentía que el reloj marcaba las altas horas de la madrugada. Se encontraba sentada en un asiento de cuero realmente cómodo y mirando el suelo perdidamente, descansando sus pies porque había estado bailando toda la noche, luciendo ida y borracha como probablemente estaba todo el club, con Louis y Liv a unos asientos más allá besándose.

Desde hace un rato el pequeño grupo había subido al segundo piso, a la sección más privada del local y donde se encontraba la terraza. Unas cuantas personas se encontraban bailando ahí pero la mayoría solo estaba sentada conversando o tocándose en las esquinas más oscuras. Y no muy lejos de ella estaba Ethan con su amigo y un grupo de tres mujeres. El Australiano había estado parte de la noche mirándola, intentando hablar con ella pero Polly lo evadía y se alejaba. Hasta que probablemente él se hartó y se fue tras aquél grupo de chicas con el que llevaba rato conversando.

No sabía en qué parte del club se encontraba Harry, después de que bailaron un largo rato y Polly no pudo resistirse a probar sus labios de nuevo, él se había tenido que ir nuevamente a atender y supervisar el club. Harry sabía que tenía permitido divertirse, pero Polly lo estaba distrayendo demasiado, más de lo debido, ella y sus sensuales movimientos de caderas, su preciosa sonrisa, su risa ebria y sus labios exquisitos le habían hecho olvidar por un momento que estaba trabajando. Pero realmente deseaba pasar el resto de la noche ahí junto a ella, cuidarla, divertirse junto a Polly y besarla.

Polly soltó un suspiro hondo y ajustó su vestido, despegando los ojos del suelo y mirando a su alrededor. Necesitaba un poco de aire y un cigarro. Y tal vez, solo tal vez, tener a Harry junto a ella. Sus pensamientos borrachos solo parecían tener al rizado como único protagonista, y entre el calor, la fuerte música y la repentina hambre que tenía, necesitaba agarrar un poco de fresco y fumar.

Se inclinó en dirección a donde estaba su mejor amigo, ignorando la sesión de besos y risitas tontas que compartía con Liv, y tomó la chaqueta de jean de Louis para buscar en sus bolsillos la caja de cigarrillos que había traído. Cuando observó que el paquete estaba vacío, soltó un quejido y puteó a Louis en su mente por ser un fumador compulsivo.

Pero entonces en su campo visual apareció una mano extendiéndole un cigarro Marlboro Smooth, sobresaltándola un poco. Polly subió la mirada, encontrándose con el exageradamente alto cuerpo de Ethan y su sonrisita superior. Él no era de sonreír mucho, cuando lo hacía era está sonrisa engreída que tenía.

"¿Quieres uno?" Inquirió él, quien había estado observándola desde hace un momento y notó su fallida búsqueda de nicotina. Polly miró entré el cigarro y el primo de Liv, debatiendo si aceptarlo o no, pero terminó asintiendo porque necesitaba uno y agarrándolo con rostro impasible.

"Gracias." Ella se levantó y sin girar a mirarlo caminó hasta la terraza, pero pudo sentir sus pisadas siguiéndola. Para su fastidio, el amplio balcón estaba solo. Nuevamente Ethan se hizo presente a su lado y esta vez un encendedor se extendió hacia ella para prender su cigarro pero Polly negó y lo agarró, evitando que él lo encendiera por ella. Ethan solo sonrió levemente de lado y miró con detenimiento como la pelinegra hundía sus mejillas dando una honda calada prendiendo el cigarro y después expulsando el humo perdiéndose entre la fresca brisa casi otoñal.

Polly estaba por decirle que si la podía dejar sola, pero vio como Ethan encendía su propio cigarro y se recargaba del barandal de la terraza. Decidió ignorarlo y dejarlo pasar, no podía simplemente echarlo como si fuese dueña del lugar. De un momento para acá empezó a sentir molestia ante la presencia del primo de Liv. Sí, era muy guapo y fue un buen sexo, pero ya no lo toleraba mucho. Para Polly era normal sentirse así, perdía el interés rápido en los hombres y más si estaban detrás suyo y ella ya no quería nada con esa persona.