polaris [h.s]

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dust in the wind - kansas
If i die young - the band perry
stairway to heaven - led zeppelin
canyon moon - harry styles

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En toda la madrugada Polaris no había podido conciliar el sueño, sus ojos estaban fijos en el techo, observando las figuras de estrellas y lunas brillando en la oscuridad de su habitación, mientras Harry a su lado la abrazaba por la cintura y roncaba suavemente en su cuello. Su mente no dejaba de divagar y el sonido de las olas chocando con la orilla solo le hacía pensar más y más. Le hacía recordar, le hacía querer levantarse y salir.

Estaba consiente de cada latido de su corazón, de cada respiración ansiosa, de la presión en su pecho, del temblor en sus manos, estaba consiente de que necesitaba algo. Algo que no le dejaba dormir, algo que tenía que hacer.

4:30 AM marcaba su reloj. Polly suspiró, se removió un poco abrazando a Harry y cerró los ojos.

Pero los volvió a abrir 10 minutos después, era imposible, esos pensamientos seguían rondando por su cabeza y la ansiedad en su cuerpo la estaba carcomiendo. Miró a Harry que dormía plácidamente, con una leve sonrisa en sus labios como si estuviese soñando algo bonito.

4:50 AM. Polly estaba resignada, necesitaba un cigarro y un té caliente. Necesitaba levantarse un momento.

Con cuidado de no despertar a Harry, removió su pesado brazo sobre su estómago y se levantó de la cama con algo de dificultad, Harry estaba prácticamente sobre ella como un bebé. Él refunfuñó ante el movimiento y Polly le colocó una almohada bajo su brazo la cual estrujó como lo estaba haciendo con el cuerpo de Polaris. Por suerte estaba tan profundamente dormido que no se despertó completamente. Polaris plantó un delicado beso en su nariz bronceada y caminó hasta su escritorio donde estaba su cartera, sacando de ella un cigarro y su encendedor.

La casa estaba en completo silencio claramente y cuando Polaris pasó por el cuarto de Maddie, Nikko escuchó las pisadas y levantó su cara como buen perro alerta, pero al ver que era Polaris bajó las orejas y regresó a dormir. Estaba frente las puertas del balcón dispuesta a abrirlas para fumar en la terraza cuando algo, esos pensamientos, le hicieron darse la vuelta y dar unos pasos atrás hasta quedar cara a cara con la habitación de Kai.

Habitación que no había entrado desde que llegó a su casa. Cada vez que pasaba y la miraba estaba tentada a abrirla, pero simplemente no podía y se detestaba por tener tanto miedo. Ojeó cada uno de los stickers en la puerta y la mano que no estaba sosteniendo el cigarro se elevaba hacia la perrilla pero la bajaba luego de dos segundos.

Cobarde. Deja de ser tan cobarde. Es solo una habitación. Pensó ella.

Entonces Polly abrió la puerta sin pensarlo un segundo más y entró a la oscuridad de la habitación. Kai siempre estuvo celoso de ella porque tenía vista a la playa y él no. Polaris cerró la puerta a sus espaldas con sumo cuidado y a su vez encendió la luz. Un sollozó escapó de su garganta pero suspiró para evitar llorar, aún así no pudo contener la lágrima caliente que se derramó por su mejilla hasta su cuello. El cuarto de Kai permanecía igual desde la última vez que ella estuvo ahí. Lucía limpia y supuso que su mamá aseaba el lugar de vez en cuando, no podía imaginarse lo que era para Bonnie pasar todos los días por ahí y limpiar la habitación de su hijo muerto, del niño consentido de sus ojos. Kai siempre fue el niño de mami y Polly la niña de papi.

A pesar de que la habitación estaba limpia, habían un par de cosas como objetos desordenados en el escritorio y zapatos regados por el suelo que lucían fuera de su lugar y que tal vez Bonnie no quería acomodar porque probablemente así fue como Kai lo dejó la última vez que estuvo ahí.