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El calendario marcaba día lunes primero de septiembre, agosto se había sentido eterno. Las vacaciones de verano, para tristeza de muchos, habían llegado a su fin. La mayoría de la población en New York regresaba a sus trabajos y estudios, y aunque Polly mayormente no tenía un plan específico en su vida porque sabía que las cosas tendían a cambiar con el tiempo, si se planteaba ciertas metas en el año. Y para los meses que restaban de ese, se había propuesto hacer bastante ejercicio y ahorrar lo suficiente para comprarse un buen auto de segunda mano.

Sabía que si llamaba a sus padres ellos estarían dispuestos a ayudarla a costearle el auto esa misma semana, pero Polaris se negaba a pedirles dinero para eso porque ella misma quería experimentar el trabajar duro y ahorrar para comprarse su vehículo.

Un playlist que contenía desde Tory lanez hasta Nirvana retumbaba en sus audífonos mientras le daba vueltas a su vecindario esa mañana, el sudor corriendo por su frentre, espalda y pecho, sus músculos rogando por detenerse pero no lo haría hasta completar los 5 minutos que le quedaban. Era un día soleado y de brisa fresca, pero según la aplicación del clima en su teléfono indicaba que llovería en la tarde.

Polly estaba tan absorta y concentrada en su ejercicio y la canción que estaba escuchando, que no había oído que desde hace un rato alguien la estaba llamando desde atrás y tampoco sintió como esa persona trotaba hacia ella. Cuando una mano la tomó por su antebrazo, el corazón de Polly se detuvo del susto y su reacción defensiva fue darle un puñetazo a la persona que la había tocado inesperadamente.

La música seguía sonando fuerte en sus audífonos para cuando se giró a enfrentar a quien sea que la había asustado en medio de la calle y sus ojos se abrieron enorme al ver que había sido a Harry a quien había golpeado. Su vecino tenía una mano sobando su mejilla, una pequeña mueca de dolor, expresión sorprendida y pudo leer en sus labios como decía "Auch, ¿Qué carajos Polly?"

"¡Harry, idiota!" Exclamó ella colocándole pausa a la música y quitándose los audífonos, tratando de calmar su respiración acelerada y acercándose para inspeccionar donde había golpeado sin querer al rizado "¡Lo siento, ¿Estás bien?!"

"Um, sí, pero tienes un mano pesada." Carcajeó, haciendo unas muecas para tratar de aliviar el golpe en su rostro. Su mejilla izquierda estaba algo roja y Polly se sintió realmente apenada, pero Harry la había asustado y en su distracción pensó que era alguien que quería robarle o algo parecido.

"Lo siento, de verdad, ¡pero me asustaste!"

"Está bien, tranquila. Perdón por asustarte." Harry sonrió encontrando la situación divertida "Me alegra que sepas defenderte, eso fue un buen puño."

Polly rodó los ojos sonriendo levemente y se recargó de una pared de ladrillos cercana para descansar un poco y regularizar su respiración, sus mejillas sonrosadas por el cardio y por la vergüenza de haber golpeado a Harry sin querer.

"Te estaba llamando desde atrás pero no me escuchaste."

"Ah, lo siento, estaba escuchando música." Polly agitó sus audífonos y Harry los miró asintiendo y soltando una pequeña risa. Ahí fue cuando reparó en su ropa deportiva, unos shorts negros, una camisa manga larga y ajustada a su torso y brazos marcando los músculos de sus bíceps y abdomen, su moño perfecto y la delgada cinta elástica en su cabello. Polly contuvo todas sus ganas de soltar un gemido por lo caliente que se veía "¿También estabas trotando?"

"Nop, de hecho voy al gimnasio pero te vi desde lejos y quise saludarte pero no me escuchaste. Pensé que me estabas ignorando." Harry alzó ambas cejas y se cruzó de brazos recargándose en la pared también, observándola desde arriba "Como lo hiciste todo el día de ayer..." Carraspeó.

polaris [h.s]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora