Capítulo 1. Bienvenido

7.4K 588 231
                                    

—¿Qué es esto? —Su mente comenzaba a ser consciente de su existencia mientras que sus ojos poco a poco iban abriéndose para darle una primera visión del mundo al que había llegado. La pupila de este par se contrajo por la cegadora luz blanca a su alrededor, ante este resplandor su cuerpo reaccionó llevando su mano hasta su rostro para intentar cubrirlo, aunque antes de siquiera llegar a su destino, esta fue sostenida repentinamente por alguien más.

—¡Ya estás despierto! —El enervante silencio del lugar fue interrumpido por el dueño de aquella solemne voz. —¿Puedes escucharme?, ¿cómo te sientes? —cuestionó mientras agitaba lentamente su mano tratando de llamar su atención y provocar que girara la cabeza para que pudieran verse el uno al otro. —No sabes cuánto anhelábamos que llegara este momento, todos estarán muy felices al saber que finalmente despertaste —agregó entusiasta mientras le animaba a ponerse de pie.

—¡Espera, no entiendo nada! —El ser tendido sobre las blancas sábanas buscó zafar su mano del firme agarre que lo incitaba a salir de la cama, cuando lo logró, no le quedó de otra que sentarse a la orilla de esta y mirar de reojo al ser al lado suyo. —¿Podrías, por favor, explicarme qué es todo esto? —La voz que emergió de entre sus labios, denotaba algo de temor y desconfianza, por lo que, cabizbajo, se encogió de hombros.

La notable confusión en su expresión hizo que su acompañante quedara igual de desconcertado, por lo que un incómodo silencio prevaleció en la habitación hasta que el castaño de pie rompió la tensión.

—Mira, no sé qué decirte ahora, creo que es la primera vez que alguien me deja sin palabras ­—respondió con calma mientras optaba por sentarse al lado del rubio—, la mayoría aquí despierta con una noción clara de su existencia, creo que... ¿despertaste muy pronto? —Tuvo que inclinarse hacia el frente para lograr ver su rostro, sujetó nuevamente una de sus manos y continuó —aunque es muy improbable que sea de esa manera, es prácticamente imposible.

Las palabras del castaño parecían rebotar en la cabeza del recién despierto, ni siquiera le estaba prestando atención, se encontraba muy ocupado descubriendo cada mínimo detalle de su existencia, aunque lo que sí le llamó la atención fue el sentir nuevamente su mano siendo estrechada por las de él. Eran delgadas, suaves y aunque de un tono muy pálido, no dejaban de ser cálidas.

—Discúlpame, fui muy imprudente al haber actuado de forma tan precipitada, dudo que sea agradable encontrarte a alguien instigándote apenas abres los ojos —comentó claramente apenado de sus acciones. —Estaba emocionado de que por fin despertaras así que asumí erróneamente las cosas y seguro te asusté —para aliviar la tensión del ambiente usó un calmado tono de voz, añadiendo pequeñas risas entre sus palabras. —No estés ansioso, con el tiempo todo se volverá más claro. Y de verdad lo siento

Aquella tan apacible y hermosa voz le reconfortaba poco a poco. Tras un profundo suspiro elevó la mirada y se topó con un par de hermosos ojos verdes que hacían juego a aquella expresión sonriente que terminó por infundirle la suficiente confianza para imitar sus gestos.

El verlo sonreír le dio la oportunidad perfecta para continuar con los ánimos de antes así que, sin soltarlo, prosiguió con la conversación, siendo menos entusiasta para evitar volver a abrumarlo.

—¿Te sientes mejor ahora?

—Sí, aunque todavía no entiendo nada —Avergonzado rio de sí mismo.

—Descuida, es seguro que sólo sea cuestión de tiempo para que tu mente se aclare. —Finalmente lo soltó y tras ponerse de pie, caminó hacia la salida de aquella habitación. Antes de salir, dio media vuelta para verle —Alístale —ordenó mientras señalaba con el índice hacia un armario al lado de la cama —Nuestro Señor sabía que hoy despertarías, tienes que ir a verle. Te estaré esperando afuera, no tardes, Él no es alguien a quien se le deba hacer esperar.

La luz que se extingue al albaWhere stories live. Discover now