Capítulo 7.

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Harry se levanta de la cama y apreta el celular con fuerza, su mirada se pone en la ocura noche y se prepara mentalmente.

—Ya no puedo con esto—murmura finalmente y la línea del otro queda en total silencio— tampoco quiero seguir con esto, tomaste todo de mi y te dejé hacerlo, pero llegué a mi límite.

—Harry...

—No soy yo mismo cuando estoy contigo, me obligaste a apagar mi chispa porque decidiste que no te gustaba mi personalidad extravagante, que no te gustaba lo que me hacia sentir único y lo peor es que no confías en mí— era tan liberador comenzar a decir todo lo que se había estado guardando durante tanto tiempo.

—¿A qué viene todo esto? ¿conociste a alguién más? Debe ser eso, eres un cobarde— de pronto el aire de la habitación no era suficiente y decide salir de ahí, abre la puerta y camina por el pasillo con su celular aún en su oído.

—Llevo sólo dos jodidos días aquí, es imposible que te termine por alguién más, si estoy terminando contigo es por mi— Harry abre la puerta de la casa de campo y ahí se da cuenta que Louis estaba sentado en las pequeñas escaleras del lugar.

Sólo le da una breve mirada para seguir caminando y alejarse un poco.

—No es necesario que hagas esto, podemos hablarlo y mejorar.

—Me has dicho eso tantas veces que ya no te creo, nada mejorará y basta, estoy decidido a hacer esto— el ojiverde cierra sus ojos y respira profundamente el aire frío de la noche— estoy terminando contigo.

—Amor, vamos no hagas esto, luego no habrá vuelta a atrás y créeme, no volveré contigo.

—Es que jamás querré volver otra vez contigo, me vendiste algo que no eres, no eres ese chico dulce que me apoyaba en todo y me subías el ánimo cuando tenía días malos— baja la mirada a sus pies y patea una piedra del suelo— lo que tenemos es tóxico y ya no quiero tenerlo más en mi vida, con esto le doy fin a lo que teníamos, ten una buena vida y por favor, nunca le hagas a alguien más lo mismo que me hiciste a mi.

Y sin más corta la llamada, bloquea su celular y deja caer sus tensos hombros.

Lo había hecho, había hecho algo que nunca pensó que haría.

Había soltado la cuerda que tanto daño le había estado haciendo a sus manos y ahora lo único que faltaba era que sus heridas sanaran.

Oh mierda, realmente lo había hecho.

Se da media vuelta y camina hasta las escaleras, Louis le da una pequeña sonrisa y se corre hacia a un lado para dejarle espacio.

Harry acepta la invitación y se sienta a su lado, ambos se mantienen en silencio por unos breves minutos.

Con el sonido de los grillos de fondo y a lo lejos se podía ver el brillo de las luciérnagas.

—¿Qué haces acá afuera?— pregunta finalmente el rizado y Louis se inclina un poco hacia al lado para ver su rostro.

—Disfruto más de la noche que del día—Harry estaba de acuerdo con eso, la noche era más preciosa que el día.

La mirada de Harry se pone sobre la brillante luna llena y no puede evitar decir:

La luna está hermosa—Louis mira la estrella brillante y ríe con suavidad.

—¿Acabas de decirme te amo?— el ojiverde lo mira con pánico y comienza a negar con su cabeza.

—¡No! ¿por qué piensas eso?

—Lo que acabas de decir es una frase del profesor japonés Soseki y significa “Te amo” se dice en la historia que él corrigió a uno de sus alumnos diciéndole “eres japonés sólo basta decir la luna está hermosa, la otra persona lo entenderá” también se vincula con que los japoneses son timidos con sus sentimientos, por eso suelen decir eso para confesar su amor.

Harry entrabre sus labios sorprendido y agradecía que era de noche, porque sentía como el color había subido a sus mejillas, estaba conmocionado y sorprendido.

—¿Y si la otra persona quiere corresponder esos sentimientos que debe decir?— Louis lo piensa un momento y se termina encogiendo de hombros.

—Una respuesta positiva como un “sí, lo está” “concuerdo contigo, está preciosa”— Harry suelta su aliento retenido y vuelve a mirar la luna, era una frase con un significado precioso.

—Gracias por aclarármelo— Louis pone una de sus manos en el hombro de Harry y este mira el gesto, era algo cálido.

—Para eso estamos y lo que hiciste hace un rato, fué lo mejor que pudiste haber hecho— el ojiazul se levanta de su lugar y se abraza a sí mismo, el frío había comenzado a ser insoportable y ya debía entrar otra vez, no quería enfermarse— quizás necesites escuchar esto así que te lo diré, estoy orgulloso de ti.

Harry lo mira con sus brillantes ojos verdes y sonríe para evitar derramar un par de lágrimas.

¿Cómo era posible que Louis haya logrado entrar tan rápido en su vida? Sabía exáctamente que decir y no era necesario que le contara toda la historia, no le hacia remover su pasado.

—G-gracias— eso es lo único que puede decir y el castaño asiente.

—Buenas noches, Harry— y sin más entra otra vez a la cálida casa, en cambio el ojiverde se queda un par de minutos más afuera, analizando todo lo que ha a pasado en menos de media hora.

Harry vuelve a mirar la luna y muerde su labio inferior, sentía que debía llorar, pero realmente había llorado tanto durante su relación con Ian que ya no tenía lágrimas para soltar.

Se sentía con un peso menos encima, como si su alma y corazón hubieran obtenido finalmente lo que tanto pedían a gritos.

Un poco de clemencia.

Sin nada que más que hacer afuera, también decide entrar, cierra la puerta detrás de él y es ahí cuando ve como Louis camina hacia a él con dos tazas humeantes en sus manos.

—Un poco de té para que puedas dormir mejor, descansa— Harry puede ver mejor la sonrisa de Louis gracias a la luz de la sala de estar y no alcanza a darle las gracias cuando el castaño ya se había ido.

Se había quedado preparándole una tasa de té, el ojiverde sin duda guarda el lindo gesto en su corazón.

Rise Up |Larry Stylinson|Where stories live. Discover now