Final.

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Tres años después.

Harry estaba ansioso, asentía ante las instrucciones, pero en verdad no estaba tomando atención, su corazón latía desbocado y parecía no querer calmarse.

Voltea a mirar a Louis y se da cuenta que estaba con la mirada perdida y parecía no respirar.

—Lou, amor— el ojiazul pone sus ojos sobre el ojiverde— estarás bien.

—Harry, cuándo hablamos sobre nuevas aventuras mientras estuviéramos en luna de miel, jamás pensé en esto— confiesa y el ojiverde se inclina hacia a su esposo, toma sus manos y las lleva a sus labios.

No soltaré tu mano, lo prometo— el ojiazul suelta un suspiro y se remueve incómodo ante el peso que sentía en su espalda— aparte ya tomamos un curso, sabes que hacer.

—Y exáctamente por eso sé que en algún momento tendrás que soltar mi mano.

—¿Están listos? En un minuto les toca— Harry asiente y vuelve a mirar a Louis.

—Podemos cancelarlo—  a penas la mención se escapa de los labios del ojiverde Louis reacciona, niega con su cabeza y respira hondo antes de responder.

—Que ni se te ocurra cancelarlo, puedo con esto— el castaño se levanta y camina hacia la compuerta, esta ya estaba abierta.

Harry se ubica a su lado y antes de que les dieran la indicación de que debían saltar, el ojiazul se voltea y deja un casto beso en los labios de su gran amor.

Louis no duda en lanzarse y Harry le sigue de muy cerca.

El viento impactaba con fuerza contra sus cuerpos y ambos sabían que tenían entre 20 a 25 segundos de caída libre antes de que tuvieran que abrir sus paracaídas.

Louis grita mientras mantenía sus brazos abiertos, era indescriptible lo que estaban haciendo.

Harry toma por un momento su mano y deja una suave caricia en esta antes de soltarla otra vez.

Ambos activan el pilotin y el paracaídas se abre, se aseguran de ir en la dirección correcta y mientras estaban en el aire aprovechan de ver las majestuosas vistas que tenían a su disposición.

Aterrizan de forma estable y Harry siente sus piernas temblar un poco, aún estaba en shock.

Se desengancha del paracaídas y se quita el arnés, no duda en ir hacía a Louis para poder besarlo.

La experencia había sido inigualable y lo mejor es que había sido a su lado, Louis tenía una boba sonrisa en sus labios mientras se estaba quitando el arnés, pero es tomado de la cintura y no puede evitar sorprenderse cuando Harry lo besa con fuerza.

Intenta no reír y le corresponde el beso, mientras pasaba sus brazos por los hombros de este.

Se habían casado hace tres días, era increíble la cantidad de tiempo que llevaban juntos.

Era una relación sana en todo el sentido de la palabra, jamás se sintieron inseguros respecto al otro, nunca desconfiaron, cuándo tenían desacuerdos conversaban las cosas de frente.

Pedían disculpas cuando debían hacerlo y nunca se sintieron atados al otro.

Vivían aventuras cada vez que podían y antes de dar el gran paso, ya se encontraban viviendo juntos.

Harry se había vuelto un importante y destacable botánico, todo esto ocurrió cuando comenzó a investigar una nueva especie introducida que resultó ser tóxica para el ganado.

Luego comenzó a trabajar en un laboratorio y modificó genéticamente distintas especies para hacerlas más resistentes a enfermedades, insectos y a temperaturas extremas, fué un gran aporte para la producción de nuevos alimentos.

En cambio Louis había tomado cierta fama al ser uno de los mejores psicólogos de la ciudad, realizaba sus sesiones al aire libre y era bastante dedicado con sus pacientes, algunos demoraban más tiempo en tomar confianza, pero el ojiazul había nacido para eso, estaba en su esencia y a pesar de los nervios de sus pacientes, estos se atrevían a hablar con él sin ningún problema.

Siempre obtenía buenos resultados y sus sesiones al aire libre ayudaban a que todo no fuera tan formal y monótono.

Simplemente se sentaban en el pasto y se dedicada a escuchar, como si fuera un amigo más, no anotaba absolutamente nada hasta que terminaba la sesión.

Harry estaba muy orgulloso de él.

Ambos habían comprado una preciosa casa en el campo, al aire libre y eran felices ahí, sin el ruido de la ciudad, ni la contaminación alrededor de ellos.

Aún realizaban picnics afuera y observaban la luna cuando caía la noche, siempre con una taza de té en sus manos.

El ojiverde le había pedido matrimonio en un fuerte que había hecho, había intentado que se pareciera lo mayor posible al primero que había hecho cuando habían comenzado a estar juntos, le cantó por completo esa canción y finalmente había mostrado entre sus manos el precioso anillo.

Louis había llorado.

Y bueno... Harry también lo había hecho, ambos estaban tan felices.

Sus amigos habían tomado el primer vuelo cuando ambos les habían contado por videollamada la gran noticia.

Zayn había dejado tirado su restaurante, sus amigos eran más importantes.

Por otro lado Niall había aplazado para una semana más una de las más importantes sesiones de fotos que había tenido, en su defensa, eran asuntos muy importantes los que debía realizar.

Estuvieron durante una semana con ellos, tal como la primera vez.

Todo fué genial.

Harry y Louis se casaron durante una preciosa tarde de Noviembre, fué una ceremonia simple pero muy significativa, llena de sentimentalismos, recuerdos y anécdotas.

Luego viajaron a Magadascar, todo lo habían planeado con anticipación, no querían debatirse entre ir a una playa o a las montañas, así que ese lugar era perfecto.

Se habían contactado con una agencia de viajes y el resto fué historia.

Mañana irían a bucear en el archipiélago Nosy rodeado de mantas, peces rayas y barracudas, y pasado mañana tendrían una ruta por la selva pluvial y el macizo volcánico de la Montaña Ambre.

Lo mejor era cuando caía la noche, se estaban hospedando en el exclusivo lodge de la isla privada de Nosy, sólo se oían los ruidos de los animales nocturnos.

Simplemente no querían que su luna de miel se acabara, era increíble.

Louis rompe el beso y recarga su frente contra la de Harry, intentaba recuperar el aire que había perdido.

—Te amo, te amo tanto— susurra de forma baja el ojiverde y el castaño traga en seco.

Él también lo amaba, lo hacía como nunca antes había amado a alguién más.

—Es mutuo, lo sabes— Harry ríe y asiente, obviamente lo sabía.

Era increíble como una persona puede cambiar por completo la vida de alguién más.

Louis se había convertido en su más grande cómplice y compañero de vida.

Ambos sin buscarse se encontraron y de esa forma entendieron que no tenían que forzar nada. Simplemente debían fluir como el agua y moverse como una planta cuando es acariciada por el viento.

Sabían que su historia continuaría hasta el final de sus tiempos y si alguno se caía en el camino el otro lo ayudaría a levantarse.

Sus almas ya no se encontraban solas, ahora estaban entrelazadas y este hecho siempre estuvo escrito en el destino, desde antes que sus ojos se toparan por primera vez.

Rise Up |Larry Stylinson|Where stories live. Discover now