20

13.3K 1.6K 156
                                    

El castaño mantenía su vista en la ventanilla admirando del paisaje en camino a su hogar, aunque inevitablemente ésta se desviaba hacía el azabache que se encontraba conduciendo. Jungkook siempre solía verse increíble, pero hoy más que nunca vistiendo unos jeans no tan ajustados, una playera, botas y chamarra holgada, todo en color negro.

Se nota que no había cambiado las gamas de colores.

Su cabello bien peinado y arreglado, también notó unas que otras perforaciones nuevas en su oreja, le quedaban geniales. De pronto y sin notarlo, comenzó a analizar las faciones del mismo, ahora eran aún definidas que antes, en especial su mandíbula y eso era algo que lo hacía ver aún más masculino de lo que ya era. También había cambiado en toda su anatomía, se notaba demasiado que se esforzaba el gimnasio, sus brazos eran grandes, pero no exagerados, sus  muslos también podían notarse que estaban bien trabajados. Luego su atención se dirigieron a sus manos que se mantenían firmes en el volante, eran grandes, sus dedos eran bastantes largos, se casi se le hace agua la boca cuando vió las venas marcadas y los tatuajes que adornaban estás.

Se veía tan bien.

- ¿Por qué me miras tanto?

El castaño se sintió terriblemente avergonzado cuando el mayor formula tales palabras y cayendo en cuenta que se había embobado analizandolo. Un muy potente sonrojo se apodera de sus mejillas, de todo su rostro en sí, obligándole a correr su mirada hacía nuevamente un costado.

El peli negro por su parte enarca una ceja y sonríe ante la curiosa reacción del otro, había sentido la penetrante mirada de éste desde el primer segundo pero hizo como si no para dejar ver que tenía planeado el menor. Tampoco fue como si le haya molestado, en realidad, le había gustado ser la completa atención del mismo. Aparcó el vehículo cuando llegó a la dirección dictada por el Omega, la cual era en frente de un gran edificio donde suponía que vivía, y se sorprendido a ver que parecía ser uno del cual a simple vista ya deducia que era costoso, sin contar que todo el barrio parecía serlo también.

- Gracias por taerme, Jungkook, y realmente lo siento por las molestia.- Se apresuró a decir Taehyung antes de tomar sus cosas y salir del coche con la intención de adentrarse a la instalación lo más pronto posible.

- Taehyung, espera.- Detiene sus pasos justo en la puerta de la entrada volteando y encontrándose al alfa aproximarse hacía el.- ¿Crees que pueda pasar?

"Si."

- Tengo mi departamento bastante desordenado en este momento y sería penoso.- Se excusa mordiendo sus labios por detrás del cubreboca, cosa que hace que el azabache no lo pudiera ver.

- Por favor.

El Omega se encontraba en un debate con su lobo, quien estaba insistente en que si lo dejara, y por otra parte, sabe que el azabache le insistirá hasta que aceptara.  Cerró los ojos y suspiró antes de asentir como respuesta, causándole una leve sonrisa al otro muchacho que seguidamente procede a dejarse giar a su hogar.

El transcurso en el ascensor fue algo incómodo, a pesar de que el castaño buscara algún objeto con el el cual distraerse, podía sentir ahora la mirada del alfa puesta en el y gracias al espejo podía confirmarlo. Pero, por fin, luego se segundos que parecieron enternidades, el ascensor paró en el cuarto piso y Taehyung le indicó que era su parada. Ambos salieron de allí y a pasos apresurados se dirigieron hasta la puerta del hogar del menor.

- Perdón por el desastre.- Fue lo primero que dijo el castaño al invitarlo a ingresar y seguidamente volver a cerrar la puerta.

- No te preocupes, tampoco es como si la mía estuviera en buen estado.- Bromea.

My sweet Omega  •  KookTaeWhere stories live. Discover now