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La noche había caído rápido, siendo ésta fría y con probabilidades de que nevara.

El castaño ahora se encontraba en casa de la mamá de su amigo, quien muy gentilmente le había invitado a una de la familiar junto con Jimin y Yoongi. Lo hacían cada que se daba la oportunidad, y hoy casualmente lo era.

- Taehyungie, bebé. ¿No se te antoja algún aperitivo en lo que esperamos la comida? - Ofrece la señora sentándose a su lado atrayendólo hacía sí misma en un tierno y abrigador abrazo.- Qué grande estás, mi niño, y tan bonito.

Taehyung ríe y se deja hacer cuando la mujer procede a acariciar su cabello, acto que el menor atesoraba.

- ¡Mamá! - La voz del rubio retumba en toda la sala, haciendo que ambos presentes pusieran sus miradas en él.- ¿Por qué a mi no me mimas igual? Yo soy tu hijo.

Jihyun no puede evitar embozar una sonrisa al oír el reclamo de su hijo, había olvidado que éste aún era como un niño chiquito.

- Jimin, ya eras grande para tu berrinches.- Regaña fingiendo estar enojada.- Además, TaeTae es nuestro invitado.

- Dejó de serlo hace como unos diez años, prácticamente es uno más de la familia.-Recalca.

La Omega rueda los ojos preguntándose porque su hijo tuvo que ser igual de necio que ella, pero deja de lado esos pensamientos y palmea el espacio libre que se encontraba a su lado insitandólo que tomara asiento. El rubio sonríe ampliamente por dicha acción, corriendo para acurrucarse en los brazos de su madre.

La azabache observa a ambos chicos que se encontraban juntos a ella esperando a que ésta le otorgara los mimos, cosa que no hizo esperar. No pudo evitar sonreír al momento en que los dos jóvenes se encontraban, prácticamente, encima de suyo embriagados de las feromonas de maternidad que ésta liberaba.

Como si de dos pequeños cachorros se trataran.

Pero no se quejó, es más, amaba que hicieran eso y demostraran que la necesitaban o que la habían extrañado, porque aquéllo satisfacía su alma. El hecho de que el castaño no fuera su hijo de sangre, no significaba que no lo sintiera como uno. Uno al cual supo amar y apreciar desde el primer momento en que entró a su casa teniendo apenas seis añitos, acompañado de su Jimin, claro.

El lazo que había creado con ese pequeño era uno de los más bonitos y adorables que podía existir, sin contar el hecho de que su lobo lo había reconocido como un cachorro más.

- Taehyungie, ¿Cómo haz estado?

El susodicho eleva un poco la mirada conectandola con la de la mayor antes de responder.- Bien. El hecho de que la temporada de exámenes ya haya terminado me tranquiliza mucho.- Le comenta con sinceridad.

- Me alegra saberlo, mi vida.- Murmura Jihyun, removiendose un poco para poder acomodarse mejor.- No sabes lo orgullosa que estoy, Mimi me ha contado que has salido bien en todos.

Entonces de repente las ganas de llorar se apoderan del menor, y es que está sintiendo un sentimiento tan lindo en su pecho en ese precioso instante. Esa preciosa mujer, junto con Jimin y Yoongi eran los unicos que siempre apreciaban sus logros por más mínimo que fueran.

Ellos no podían verlos, pero su pecho estaba que explotaba de emociones y se odiaba por ser tan sensible.

- No es la gran cosa.- Minimiza avergonzado.

- ¡Claro que si! - Exclama el de hebras rubias, contradiciendo lo dicho.- Ésta vez los exámenes fueron realmente difíciles y más pesados que los anteriores.

- Además, sacaste todas notas altas y creo que eso ya da mucho que decir.- Halaga la señora mientras lo atrae más a su cuerpo.

- Ya basta, saben que me pongo sentimental y me largo a llorar.- Dice el menor, sintiendo y limpiando las lágrimas que amenazaban con salir.

My sweet Omega  •  KookTaeDove le storie prendono vita. Scoprilo ora