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Judie:

Despertar desnuda y en los brazos de un hombre como Scott Bramston, es todo lo que necesitaba anoche y hoy no dejo de pensar igual.

Abro los ojos con una sonrisa en mis labios, de espaldas contra la ventana, de donde se filtran pequeños rayos de sol de las cortinas y me dan en la espalda, el mismo lugar donde Scott roza sus nudillos en medio del sueño.

Mantengo mi sonrisa y me pego contra él, su pecho sube y baja despacio, me acurruco más y en medio de esas respiración profundas el me estruja contra él.

Y el recuerdo de nuestra noche sexual viene a mi mente.


"—Me encanta follarte, Judie.


Me sonrojo. Mordidas, chupetones, lamidas. Toda su esencia quedo en mi cuerpo anoche, su sudor combinado con el mío y sus besos embriagándome hasta perder la razón, quitándome el aliento y tocar el cielo con el orgasmo que me ocasiono.

Scott fue dulce y apasionado, caliente y sexy sobre mí. Adore la forma como se movía su polla dentro, sus manos sujetándome mientras me penetraba, el me follo con perversión y devoción, me detallo el cuerpo con caricias y besos y al ser la segunda vez acostándonos, me queda claro que nunca he disfrutado tanto el sexo como con él a mi lado.

Scott abre los ojos y sus ojos me detallan.

—Hola.

—Hola...

Me abraza más y lleva los labios a mi frente, depositando un suave beso.

Su pecho sube y baja.—¿Ya quieres levantarte?

Sonrio y paso las manos por su espalda.

—Quedémonos así con poco más, Scott.

—Mi ninfa da las ordenes y yo las obedezco.—Responde besando mi pelo.

Rio.—Solo quieres dormir un poco más.

—Contigo, Judie.




(***)





Desayunamos juntos y en su jardín, el personal nos trae el desayuno a la mesa, el cual consta de pan recién horneado, dos tazas de jugo natural de naranja, bolitas de mantequilla, queso, jamón.

Tengo de todo para escoger, aunque me resulta algo incómodo estar aquí rodeada de su personal y usando una de sus batas de dormir, mientras espero que mi ropa seque, ropa que Scott mando a lavar.

Trato de olvidarlo y empiezo a preparar mi pan, a base de mantequilla y jamón, mientras Scott prefiere tomar solo el jugo.

—Tengo que hacer.—Me indica. Mis ojos suben a su rostro.—Judie.. ¿Podrías perdonarme si te dejo un par de horas sola?

Separo los labios.

—Luka estará aquí contigo, volveré en cuanto pueda.

—Si.—De todas formas debo volver por mis cosas y pensar que hare ahora, no quiero abrumar con eso a Scott.

Él se levanta y se inclina a robarme un beso de los labios, sonrio recibiéndolo y aparta su boca rozando la mía.

—Nos vemos después, mi ninfa.

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