28

4.9K 545 77
                                    

Judie:

Ni bien Scott y yo salimos de la fundación, escucho los gritos provenir a mis espaldas.

—¡Judie! . —Es Zac. —¡Judie Greir!

Aprieto la mano de Scott, pidiéndole que sigamos y me hace caso, pero como un perro rabioso, Zac continúa gritando.

—¡¿No te basta con cagarte mi carrera, Judie?!. —Su tono de voz se eleva cada vez más. —¿Crees que pueden joderme así?! ¡Te estoy hablando! ¡Hey, puta!

El insulto hace parar a Scott, se vuelve hacia él y yo lo detengo del brazo. Odio que esta noche Luka no sea puntual.

—Scott, no.. —Pido, sus ojos se encuentran con los míos y yo niego, hablando en voz baja. —Eso es lo que quiere, él quiere esto.

Lo mira y yo también, solo intenta mostrar poder sonriendo, aun cuando él es quien ha perdido esto.

—Scott. —Insisto.

—Scott Bramston. —Esta vez Zac se dirige hacia él, las venas en el cuello de Scott se tensan. —¿Viste lo que hizo conmigo...? ¿Qué te hace creer que ella no hará lo mismo contigo?

Siempre es lo mismo, si no busca sembrar dudas en mí, ahora lo intenta hacer con Scott. Esta es su manera de obtener todo lo que quiere.

Aprieto mi agarre en Scott y lo miro de frente a los ojos, negando. No veo dudas, pero si un enojo creciendo y no sé hasta donde será su límite.

—Judie Greir es la villana aquí. —Vuelve a hablar y ríe. —Joder.. ¿Al menos te dijo que nos besamos?

No.. no..

Los ojos de Scott se agrandan y mis labios se separan.

—Así es, es lo que hace. Esa hija de puta es la maldita villa...

Scott se aparta de mí y pasa tan rápido que solo alcanzo a llevarme las manos a la boca enseguida, ha sido un solo golpe, pero lo suficiente para arrojar a Zac contra el suelo.

—Maldito hij..

Lo insulta, pero Scott prefiere callar, las luces del coche nos enfocan y me hace una señal para marcharnos, no miro ni una sola vez a Zac, Scott ingresa enseguida y los dos nos marchamos.





(***)




Scott ingresa furioso a la habitación, camina alrededor y se lleva las manos a la corbata, buscando desajustar, pero solo lo arruina.

—Déjame hacerlo.

—Judie. —Niega advirtiéndome lo enojado que esta.

—Lo hare. —Llego hasta él y coloco ambas manos sobre la corbata. Desajusto con un tiro, pero él me hace apartar las manos y se lo quita pasándolo por arriba.

Arroja la corbata sobre la cama y lleva ambas manos a los botones de su camisa, Scott se sienta sobre el colchón y yo permanezco frente a él.

—¿No quieres que también te ayude con eso?

Al escucharme sus músculos se relajan, deja de arrugar la frente y con una débil sonrisa me ubico entre sus piernas abiertas, trago saliva y le abro los botones de la camisa, uno a uno, liberando su duro torso y los abdominales por donde quiero pasar la lengua.

Somos ArteWhere stories live. Discover now