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Scott:

Sabía que vendría por ella.

Me he cruzado con tipos sin escrúpulos, peores e iguales que Zac Michaelson en el pasado, tipos que no aceptan una derrota y por las cuales tengo una imagen de hasta donde pueden llegar personas como el, que lo han perdido o creen que les han arrebatado todo, cuando ellos mismos dejaron ir el éxito de sus manos al tomar decisiones estúpidas en sus vidas.

Aunque nunca fue un éxito suyo.

Aun así, pensé que él sería uno más entre todos ellos, pero después de escuchar la confesión a Judie, Zac Michaelson ha entrado en un rango mucho peor y eso solo va a conseguir que me encargare de refundirlo en la cárcel con más ganas y que no vuelva a ver la luz del día jamás.

Antes de armar todo esto lo hable con ella y le dije mis inquietudes, coloque la alarma y las cámaras luego de convencerla, pero jamás pensé captar lo que salieron de sus labios y que ella lo descubriera de este modo me hace sentir una mierda, es una verdad que ha terminado hiriendo a la mujer que amo.

Judie ha sido valiente, pero ahora yo quiero protegerla de lo que se viene.

Es lo que pienso mientras el medico la examina en la cama, ella me da una mirada y yo le sonrio asegurándole que todo estará bien.

Salgo de la habitación dejando a una de las mujeres de servicio dentro y me acerco a Luka, quien se encuentra en el pasillo.

—Voy a salir.—Menciono girando la cabeza hacia mi mujer, la detallo con los ojos.

—¿Señor?

—Quédate aquí, iré a la estación.—Aclaro volviéndome hacia él.

—¿No quiere que le acompañar, Señor?

Trago saliva.—Me sentiré mejor si te quedas con Judie. Volveré pronto, esto necesito hacerlo yo.





(***)






El chirrido del metal en las puertas que dan acceso al pabellón llegan hasta mi tímpano, el carcelero me obliga a detenerme unos metros frente a una celda, la cual golpea con la porra sacada de su cinturón.

—Tienes visita, Zac Michaelson.

El carcelero se aleja y me hace una señal, solo me da cinco minutos y se mantiene a una distancia detrás de mí, apoyando la espalda sobre la pared, observo a Zac Michaelson, se encuentra dándome la espalda mientras esta acostado sobre la cama, pero termina levantándose al girarse y reconocerme.

Camina hacia mí y coloca las manos en ambos fierros.

—Pero que honor ¿Judie no desea verme?—Sonríe.

Mantengo mi expresión seria y no me dejo manipular por sus palabras.—No y no volverás a verla.

No hasta el juicio, este pabellón en la estación es solo un lugar que lo retiene antes de una sentencia final, pero no es el lugar donde merece pasar el resto de sus días y voy a encargarme que eso se cumpla.

—No cantes victoria, Scott. No antes de tiempo.

—Creo que puedo hacerlo esta vez.

Sus cejas se juntan y veo como pasa la saliva, como si le costara.—Tengo dinero.

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