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Judie:

Axa se reportó enferma y aproveche su ausencia para acercarme a los estudiantes, sin que tuvieran miedo de mi compañera. Visito cada salón de clases y le prestó atención a cada uno, pero no es hasta que tomo la libertar de ir a otros salones en la planta alta cuando veo el talento que me deja con la boca abierta.

Me paro detrás de la ventana observando la pintura que se dibuja sobre el lienzo, la combinación de colores en el punto exacto entre el atardecer y el anochece me hace callar, y la paleta de colores que ha elegido me deja sorprendida, ella coge el pincel y moja un color con otro, creando sus propios matices de diferentes tonos.

Es una mujer joven, de cabellera amarilla y está sentada dándome la espalda, mostrando su pintura a cualquiera que pase por los pasillos, aunque ella está más concentrada en pintar que en la atención que pueda atraer y que al final no atrae además de la mía, y también se encuentra sola

Eso me recuerda a mí.

Al principio dudo en ingresar, pero lo termino haciendo, sin que se de cuenta me acerco y observo su pintura por detrás, de cerca es mucho más hermosa.

Ella ignora mi presencia y se ve indecisa con el nuevo tono que planea colorear en el horizonte del atardecer.

—¿Un amarillo fuerte te suena bien?

Se sobresalta al oírme, pero lo hace de manera exagerada. Los ojos se le abren al girarse hacia mi y tropieza al dar con mi rostro, logro rescatar el lienzo con el que choca por su torpeza, pero la paleta termina en el suelo junto con ella.

Sonrio y la examino enseguida.—¿Estas bien?

Logro ver su rostro más de cerca, nuevamente me recuerda a mi por la timidez en su mirada, la cual se esconde en esas gafas. 

—Si, estoy bien.—Responde ella dudosa.—Eres Judie Greir, la novata...

—Si, lo soy.—Le extiendo la mano para ayudar a levantarla.—¿Tu eres?

—Allison.—Acepta mi ayuda y la levanto.—Soy Allison.

Se agacha a recoger su paleta de pinturas y ve el desastre que ha provocado al voltearlo.

—Uhmm, esto ya no sirve.—Pronuncia desanimada.

—¿Cómo qué no?.—Interrogo y extiendo la mano hacia la paleta.—¿Puedo?

—¿Quieres esto?—Asiento con la cabeza y ella me entrega la paleta de colores.—Pero esta todo con polvo y... 

—Con un sencillo desastre pueden salir cosas grandes maravillas

Acerco mis labios a la paleta y soplo despacio, alejando el rastro de suciedad, cojo el pincel y aunque quedan trozos, ignoro las partes echas un desastre y me concentro en rescatar las que han sobrevivido, mezclando el rojo con un tono amarillo. 

—¿Puedo?.—Pregunto señalando su lienzo.

—Con cualquier  persona diría que no y cualquier artista lo diría, pero eres Judie Greir.

Sonrio despacio y comienzo a trazar sobre el horizonte del atardecer de su pintura, le doy una imagen real, aunque estoy segura que sin contar este desastre, ella lo hubiera logrado.

Sonríe al verme y yo dejo la paleta sobre la mesa.

Creo que ya encontré al talento al que quiero ayudar.




(***)

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