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Judie:

—Habrá una exposición dentro de tres semanas.—Me indica Emir mientras me muestra un álbum de fotografías, que ha dejado sobre la mesa. El pasa hoja por hoja.—Aquí. En el USC Fisher Museum of Art

Una sonrisa curva mis labios mientras observo las fotografías del museo, es grande y cada habitación es amplia, las pinturas ubicadas muy separadas y dándole su espacio propio a cada una para así no opacar a la otra.

Tengo muchas ganas de ir con solo ver las fotos.

Levanto la mirada al rostro del mecena, estamos sentados junto a la mesa y mientras Emir esta frente a mí, tengo a Scott a mi lado.

—¿Crees poder tener la mejor pintura echa lista para esa fecha? Me gustaría presentar oficialmente tu primera pintura ese día.

Aparto la mirada de Emir y me giro hacia Scott, con quien quedo unos centímetros mi rostro del suyo.

Scott encoge los hombros.—Solo si crees poder hacerlo. Si quieres tomarte más tiempo... podemos esperar un poco más, ninfa.

Me muerdo la mejilla interna.

—Creo poder hacerlo...—Bajo la mirada por un momento y la vuelvo a subir.— ¿Tu.. Crees en mí?

—Por supuesto.

Su respuesta inmediata calienta mi corazón y me giro hacia Emir, quien de todas formas espera que diga un "Si", lo noto en su mirada.

Y para su felicidad, es lo que digo.






(***)






Las siguientes semanas trabajo duro en mis pinturas, en alguna que pueda tomar como la elegida para mi presentación, me desvelo hasta tarde y trato de dormir menos, aunque eso último no le agrada mucho a Scott.

Bostezo, debería ir a la cama.

Dejo el lienzo en paz y retrocedo observando la figura de los enamorados desnudos, pero aun así siento que le falta algo. Abandono la paleta de colores junto al pincel sobre la mesa y cierro los frascos de mis pinturas, aunque mi atención se aparta y se posa sobre mi teléfono, el cual no ha dejado de sonar y justamente ahora está pasando por lo mismo, con el número de Zac apareciendo en pantalla.

Lo tomo entre mis manos y termino por apagarlo, regreso a mis pinturas y unos brazos por detrás me atrapan, me sobresalto y aprieto la pintura, provocando que salga un chorro de color azul y me manche los dedos, junto a la mesa.

Me rio al sentir los besos en mi cuello.—Scott...

Giro y me vuelvo hacia él, subo mis manos con mis nudillos manchados por la salpicadera de la pintura azul. Le sujeto el torso y Scott atrapa mi mano entre la suya.

Visualiza la pintura marcada en mi piel.—Manche tus dedos.—Su mirada regresa a mi rostro.—Vamos a la cama.

Por muchas ganas que tenga.

—Aún no he terminado la pintura.

Él se gira sin soltarme y observa el cuadro de la pareja desnuda.—A mí me parece perfecto y terminado.

Se inclina a besar mi cuello y mientras toco su rostro, la pintura de mis nudillos en un movimiento rápido, termina manchando su cara.

—Lo siento...—Rio y busco en la mesa un pañuelo. Lo encuentro y procedo a limpiar su mejilla con el.—Déjame...

Me quedo quieta, observando la poca pintura que aún queda.

—¿Judie?

Parpadeo.—Creo que tengo justo lo que quiero.

—¿Significa que ya acabas?.—Pregunta con ilusión.

Asiento con la cabeza.

—Significa que ya puedes llevarme a la cama y follarme.

Los ojos se le abren, pero enseguida una sonrisa mostrándolo lo encantado de mi propuesta, se hace notar en sus labios.

Me levanta, sacándome un grito de la garganta.

—¡Scott!.—Lo regaño.

—Fuiste tú, no yo.—Me rio y con esas palabras me lleva a nuestra habitación.





(***)





Observo mi imagen en el espejo de la habitación, tengo el cabello suelto y planchado, el que cae como cascada hacia adelante y más abundante atrás, las puntas me llegas hasta los pezones, los que traigo cubiertos con la tela del vestido color azul oscuro, apretado, sin mangas y por debajo de las rodillas, las cuales siento temblar ahora mismo.

Emir movió sus contactos y finalmente llego este día, donde presentaran mi pintura, pero esta vez bajo el nombre de Judie Greir.

Se me revuelve el estómago con el pensamiento, mis pinturas y mi nombre...

Estoy nerviosa, porque nadie me conoce y no sé si ellos vayan amar a la pareja que pinte o si voy a ser bien recibida o no.

Me miro en el espejo, esta vez observando mi maquillaje en el rostro, el cual no quiero terminar dañando con el sudor, producto de mis nervios.

—¿Lista para tu gran día?.—Escucho que me preguntan desde la puerta.

Scott lleva un traje entallado a la medida, todo de color negro, desde el traje a la camisa oscura, que lo hace ver mucho más atractivo y seguramente será el más atractivo esta noche. 

Me muerdo el labio y cuanto más lo repaso, más caliente me pongo, lo mismo si recuerdo la pintura que le entregue a nuestro mecena.

Me ofrece el abrigo que trae en las manos y la acepto.

—Lo estoy, Scott.—Le prometo, aunque tenga nervios.

Me sonríe, esas sonrisa que tanto amo.—No olvides que esta noche..

—Estas conmigo.—Completo por el, Scott se me acerca.—Y no solo esta noche.

—¿Me lees el pensamiento, mi ninfa?

—Te leo a ti.—Digo con el corazón acelerado.

No me siento solo y menos con miedo, porque lo mejor es que tengo a ese hombre a mi lado para sostenerme si me caigo o levantarme en sus brazos si salgo victoriosa esta noche.






Hola..

Oficialmente termine de escribir la maratón de Greek Gods de este 30 de Abril.

Así que volvimos con las actualizaciones de "Somos Arte"

Nos leemos.

>>Yiemir.

Somos ArteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora