Pov Reli
Dalila comía con una lentitud que me resultaba desesperante. Ella estaba jugando y no se percataba que luego me iba a tocar a mí. Sí, estaba ansioso y dolía pero luego sería el vencedor.
-¿Te diviertes?- Pregunté, viendo cómo jugaba con un trozo de pollo.
-Mucho.- Murmuró con picardía.
-Ya me divertiré yo.- Susurré para mí.
Después de unos minutos se hizo más que notable que Dalila había saciado su hambre. No probaba bocado y recostaba su cuerpo en la silla, buscando comodidad. Iba a tener que esperar a hacerle la cantidad de ideas que tenía en mente o ella se sentiría mal e incluso podría devolver lo comido y no era ese el resultado que deseaba.
-Anda, ve a tu aposento.- Le dije.
-¿Qué?- Preguntó extrañada.
-Que vayas a tu aposento.- Repetí.
-Eso lo había entendido pero...- Ah. Ya entendía, le extrañaba que no estuviese llevándola arrastras a mi aposento.
-Debes estar saciada y cansada, ve y descansa.- Ella asintió y se marchó, caminando hacia atrás mientras me miraba con desconfianza.
-Sí, tienes motivos para desconfiar...- Murmuré para mí.
Solo estaba haciendo tiempo para asegurar su seguridad. Si Dalila llegaba a pensar que me había echado hacia atrás, estaba muy equivocada. Esperar un poco más no haría demasiado daño.
Conté cada instante con detenimiento y cuando creí que había sido suficiente, me levanté del asiento. Caminé despacio para no indicarle que me acercaba e ingresé a su habitación de la misma forma.
-¿Creíste que habías ganado?- Pregunté, sobresaltándola.
-¿Cuándo...?- Preguntó con los ojos muy abiertos.
-No te lo diré.- No iba a decirle si llevaba tiempo observándola o si había llegado hacía poco.
-¿A qué debo su visita, conde?- Intentaba aparentar indiferencia pero no podía.
-Vengo a ver cómo está mi esposa.- Murmuré, acercándome a ella.
-Pues... muy bien, diría yo.- Murmuró.
Tomé su mentón con una de mis manos y acerqué mi rostro al suyo, el juego había comenzado. No besé sus labios aunque deseaba hacerlo, comencé a acariciar su nariz con la mía y a besar su mejilla, barbilla y sus orejas. Dalila tenía los ojos cerrados mientras acariciaba cada parte de su rostro y suspiraba cada vez que me acercaba a su cuello. Dejé un casto beso sobre sus labios y me alejé, su ceño fruncido me hizo saber que no le había gustado que no le prestase atención a sus carnosos labios.
Alcé aún más su mentón para poder esconder mi rostro en su cuello y tener acceso libre para el espacio más escondido. Sus manos se aferraron con fuerza a mis ropajes, gesto que no pasé por alto. Besé y lamí la piel del cuello de mi mujer mientras ella gemía y suspiraba, deseosa por saber qué más ocurriría.
Me separé de ella y quité su vestido con total conocimiento, sin duda, era la mujer más hermosa.
-¿Qué es lo que quieres, Dalila?- Pregunté con voz ronca.
-A ti.- Susurró.
-¿Qué quieres de mí?- Volví a preguntar, cambiando las palabras a mi favor.
-Tócame.- Sus mejillas estaban más rojas que nunca.
-¿Así?- Pregunté cuando mi mano bajó a su intimidad.
-Mm.- Emitió.
-Necesito que me digas, mi pequeña flor.- Susurré cuando mi dedo estuvo en su interior.
Ella gemía y movía sus caderas contra mi mano con rapidez.
-Dalila.- Introduje otro dedo y aceleré mis movimientos para luego detenerme.
-No me hagas esto.- Susurró fuera de sí.
-¿Qué es lo que quieres?- Volví a preguntar, preso del momento.
-A ti.- Repitió.
-¿Dónde?- Besé castamente sus labios mientras me acomodaba entre sus piernas.
-Aquí.- Pasó su mano por su zona y eso fue todo para mí.
Pude sentirla en todo su esplendor de un solo movimiento. Dalila me atraía a ella mientras sujetaba mi nuca y me besaba ferozmente. Su cuerpo me pedía que siguiese con aquel ritmo pero no le daría el gusto. Bajé la fuerza y velocidad en que la reclamaba para disfrutarla en su totalidad.
-Reli.- Gimió mi nombre.- Más.
-¿Quieres más?- Entré en ella duro y salí muy lento.-Dime, ¿quién es la cobarde?
-Yo.- Gimió fuertemente.
-Repítelo.- Volví a hacer el mismo movimiento.
-Soy una cobarde.- Había comprendido los gustos de Dalila muy rápido. Duro y sin perder el tiempo, tal y como me gustaba.
-Muy bien.- Gruñí sobre su cuello.
Tomé su cintura con firmeza para mantener el ritmo y bajé hacia sus pechos. Aquellos pechos me volvían un demente. Eran suaves, muy bonitos y del tamaño perfecto, mi esposa no tenía imperfección alguna.
-¡Ah!- Gritó fuera de sí.- Mi amor...
-Sh.- No quería que nadie más la escuchase gemir.- Tranquila, mi cobarde.
-Dios...- Gimió por lo bajo.- Te amo.- Me encantaba escucharla decirlo. Era una sensación que iba más allá de lo íntimo, aquellas palabras calentaban mi pecho aún en los momentos más fríos.
Su cuerpo se tensó y colocó sus piernas en mi cadera, estaba por terminar. Aumenté aún más las penetraciones y mordí suavemente su seno izquierdo.
-¡Reli!- Gimió con fuerza cuando no pudo más.
-Ah.- Me quejé, sintiendo cómo me acercaba al tan ansiado final.- Dalila.- Gemí su nombre cuando sentí que se apretaba a mí alrededor.
No pude contenerme más y acompañé a mi mujer. Ambos estábamos bañados en sudor y nuestras respiraciones eran irregulares.
-Eso fue muy intenso.- Murmuró ella.
-Esto sucederá cada que seas cobarde, pequeña flor.- Besé sus labios castamente y caí a su lado en el colchón.
Tal y como mi esposa había dicho en palabras de su época, eso había sido muy intenso.
-Lo repetiré más seguido.- Susurró.
Me sentía más que satisfecho. La espera había valido la pena y había demostrado más de lo que incluso yo mismo creía. Abracé su cuerpo y Dalila escondió su rostro en mi pecho, besando donde estaba mi corazón. Sin poder evitarlo sonreí, tenía un deseo y esperaba poder decirle en algún momento. Mientras, disfrutaría de cada instante en que estuviéramos juntos y recordaría nuestros momentos más íntimos, aunque dudaba mucho que pudiese olvidarlos.
Dalila se había metido tan profundo en mi cabeza que me era imposible hacer algo sin que su nombre o rostro apareciera. La amaba tanto que el solo pensamiento de perderla me aterraba, me hacía querer esconderla de todos y protegerla con mi vida si era necesario. Mi pequeña flor era... la perfección hecha mujer.
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La Flor del Conde© EE #3 [BORRADOR]
Fantasy💫Esta historia es completamente de mi autoría por lo que se prohíbe su copia o adaptación.💫 •Tercer libro de la saga EE.• •Recomiendo leer los primeros dos libros para entender lo que sucede.• El libro ha vuelto a hacer de las suyas, ahora solo qu...