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-No la besé y mucho menos la toqué o tuve intimidad con ella. No pensaba hacerlo, jamás.- Habló, utilizando la voz de conde, fuerte y clara.- Ella entró cuando me iba a ir a verte y se desvistió la parte superior justo cuando ingresaste.

-¿Quieres que me crea eso?- Pregunté con una sonrisa falsa en el rostro.

-Te estoy diciendo la verdad, Dalila. No tengo la necesitad de acostarme con otras, estoy casado con una maravillosa mujer que hasta aquel momento no me decía que no al momento de tener intimidad. Tenía una mujer atenta y amorosa hasta que aquella mujer ingresó aquí.

-No te creo.- Susurré.

-Dalila, por favor, te estoy diciendo la verdad.- Dio un paso hacia al frente y yo lo di hacia atrás.- No te alejes de mí. No hice nada, ni siquiera sentí algo al verla.

-No confío en ti, Fracci.- Esquivé su cuerpo y abrí la puerta para salir de ahí.

-Yo te amo, Dalila.- Susurró.

-Deja de mentirme.- Cerré la puerta y caminé hacia las afueras del castillo.

Como pude, me senté en el primer escalón que había al salir de la estructura. Estaba tan confundida y emocional que necesitaba detenerme y tomar aire.

-Pequeñín, deja que mamá descanse un poco.- Susurré.

-¿Estás bien?- Preguntó el conde a mis espaldas.

-Lo estoy, conde.- Respondí cortante.

-Dalila, al menos permíteme tocar tu vientre.- Murmuró, sentándose a mi lado.

-No le he cortado las manos.- Murmuré.

-Hola bebé.- Murmuró, ignorando mis palabras y colocando su mano en mi vientre.- Te he echado de menos.

Aunque me molestase admitirlo, la ilusión que se veía en su rostro al volver a tocar mi vientre era real, se veía en el brillo de sus ojos.

-¿Podrías decirle a tu madre que no sea tan cruel conmigo?- Le preguntó.- Le he jurado que no hice nada pero no me cree.

-No le digas esas cosas.- Fruncí el ceño molesta.

-¿Ves?- Siguió ignorándome.- Dile y cuando nazcas te consentiré más de lo que crees.

Para mi sorpresa y la suya, el bebé pateó mi estómago en ese mismo momento. El conde estaba tan emocionado que comenzó a reír mientras negaba con la cabeza.

-Nuestro hijo ha hablado, Dalila.- Se giró para mirarme.- Deberías escucharlo.

-No sé de qué hablas.- Crucé mis brazos sobre mi pecho y exhalé cansina, de verdad me dolía la espalda.

-Al menos déjame darte un masaje.- Murmuró al notar mi incomodidad. La oferta era más que tentadora pero no caería tan fácil.

-No.- Escupí con sequedad.

-¿Sabes que sigues viéndote hermosa aunque estés molesta?- Susurró.

-No me importa.- Murmuré.

-Dalila...- Se acercó disimuladamente, cada vez un poco más.

-Aléjate.- Coloqué mis manos en su estómago e intenté empujarlo.

Él tomó mi mano y la arrastró hacia arriba, hacia su corazón.

-Tu indiferencia me duele, Dalila.- Susurró.- Me estás matando.

Intenté alejar mi mano de entre su pecho y mano pero no me lo permitió.

-No hice nada.- Aseguró.- La única mujer con la que he estado durante todo este tiempo y con la que deseo estar es contigo. Tengo una esposa maravillosa y un hijo en camino, ¿por qué lo dejaría todo por una concubina?

-No lo sé.- Susurré.

-No lo sabes porque no tiene sentido.- Liberó mi mano y colocó las suyas en mis mejillas.- No sería capaz de mirar o poseer a otra mujer cuando la que amo me corresponde y está ahí para mí. No podría tocar a una concubina cuando en mi cabeza siempre estás tú.

-Ayúdame.- Alcé mi brazo para que me ayudase a levantarme.

-Dalila.- Murmuró cuando estuve en pie.

-De acuerdo Reli, no me agobies...- Suspiré cansina.- No te prohibiré el acercamiento pero no podrás tocarme. Necesito poner mis ideas en orden.

-Volveré a ganarme tu confianza.- Aseguró, tomando mi mano.- Te amo.- Susurró y besó cada uno de mis nudillos.

En mi inocencia, creía que ganarse mi confianza iba a tratar de merodear un poco a mí alrededor y tocar mi vientre cada tanto pero no. Él no se separaba de mí ni un solo instante y aunque no hablaba como regularmente solía hacer, su presencia era más que suficiente. Estaba todo el tiempo al acecho, si me encontraba mareada él ya estaba ahí sosteniéndome y si tenía hambre, aparecía con algo de comer sin yo decirle nada. Tenía que admitir que muy en el fondo, aquellas acciones movían mis sentimientos y que tal vez y solo por momentos, mi mente me decía que debía creer en sus palabras.

-Dalila, no me provoques.- Murmuró cerca de mi oreja.

-No sé de qué habla, conde.- Sí que sabía, estaba observando fijamente a un chico muy guapo que había ido para entregar un recado.

-Podemos ser dos jugando a este absurdo juego.- Me advirtió.

-Puede hacer lo que quiera.- Respondí con sequedad.

-Puedo ejecutarlo y colgar su cabeza en las afueras del castillo.- Susurró. Se había acercado a mí más de lo permitido.

-No lo harás.- Reté, girándome hacia él.

-Provocar al conde tiene sus consecuencias...- Susurró mientras colocaba un mechón de mi cabello detrás de mi oreja. Él estaba tan cerca que nuestras narices llegaban a rozarse.- Pero provocar a un esposo que de paso es el conde y está intentando recuperar a su esposa, sería lanzarse hacia una muerte segura.

-No me intimidas.- Informé.

-Mis intenciones no son intimidarte sino dejarte saber que no involucres a otras personas en nuestros asuntos. No tengo inconveniente en ejecutar a más de uno pero de los dos soy el que saldría más perjudicado.- Era más que evidente que no me hablaba Reli Fracci, sino el conde.

-Imbécil.- Murmuré.

-Sé buena y no continúes provocándome, Dalila.- Estaba molesta pero sabía que no bromeada, por lo que me giré hacia otra dirección en donde no estuviese nadie.- Buena chica.- Murmuró, besando mi cabello.

-No me toques.- Le advertí.

Comencé a caminar a pasos ligeros, escuchando el eco de sus zapatos a escasos metros de mí. Era una jodida sombra que me seguía hasta cuando quería ir al baño.

-Ah.- Suspiró con fuerza mientras sus pasos se acercaron lo suficiente como para que pudiese escuchar lo que dijese en voz baja.- Cómo amo a esa mujer.- Murmuró para sí mismo.

Ese conde podía ser un imbécil de gran tamaño pero debía admitir que sus palabras tuvieron efecto en mí. Aunque no lo quisiera, una pequeña sonrisilla se escapó de mis comisuras.

Era un imbécil con encanto...

La Flor del Conde© EE #3 [BORRADOR]Tahanan ng mga kuwento. Tumuklas ngayon