25.Algo nuevo.

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Narra Bianca Donatelli.

—Ella simplemente me evita ¡Es que ni disimula!

Rodé los ojos y continué con mi trabajo. Verga, si iba a estar así de ladilla se hubiera quedado en la casa como Dean.

—Entonces, también está ese otro amigo de ustedes...

—Nelson.—menciono.

—Ajá, y se escriben todo el tiempo ¿Viste las vainas budú que le compró? ¡¿Cómo puedo competir contra eso?!

—Quizás ella no quiere ser impresionada con cosas como esas. A Nelson también lo tiene en "veremos"—hice comillas.

—¿Estamos hablando de la misma Ana López? ¡De bolas que quiere esas cosas!

—Eres con quién estuvo más tiempo los últimos años, deberías tener ventaja y saber lo que ella quiere.—insisto.—Antes habían conectado al instante porque sentían atracción y curiosidad, ahora debes hallar otra forma de enamorarla.

—¡No conozco otra forma!

Lo apunté con un martillo, harta de su quejadera. Lucas se sobresaltó y alzó las manos, rindiendose.

—Marico, no sé. No puedo ayudarte. La cagaste y ahora lo tienes que resolver y no me preguntes cómo porque ahora mismo te quiero clavar el martillo en el culo.

—Ahora entiendo porque te quitaron este taller a la fuerza.—me gruñe.

Se suponía que Lucas y Dean se iban a ir la semana pasada ¿Por qué siguen en este cochino pueblo? Porque Lucas aún no logra que Ana se quiera ir con él.

Yo no me meto en el peo que tienen esos dos. Nadie en realidad. Todo fue tan raro y no comentaron casi nada, se hicieron los locos y ahora es un desespero que lo llevó a pasar roncha aquí ¿Les suena familiar?

Los Lerman no aprenden. Por eso Lindsey es la favorita.

—Lucas, no puedo decirte lo que tienes que hacer.—estoy cansada de peo amorosos ¿Por qué Lucas y Logan no se pelean y armamos una Civil War? Sería más divertido.—Solo tú sabes lo que hiciste, como afectó a Ana y como lo vas a resolver. Te puedo apoyar, solo si no cometes más estupideces.

Mira que Nelson está ganando puntos. Ya nos pasó las fotos sin editar de la publicidad de perfumes. De verdad me veo arrecha.

—Nadie me había entendido como ella.—suelta, mirando la repisa que estaba armando.—Nadie me tuvo tanta paciencia. La necesito, Bea, no encontraré algo mejor.

—No debes aferrarte al pasado ¡Hay muchas mujeres en el mundo!—quiero animarlo, con Ana nunca se sabe.—Ana es lo máximo, por algo me casé con ella, pero si es tanto problema y ella ya quiso seguir adelante, deberías hacerlo tú también.

—¿Y como te va a ti dejando ir el pasado?—pregunta con malicia.

Le alcé las cejas.

—Yo me siento bien, no ando llorando todas las noches por mi ex como cierto carajo que me está viendo.—le devuelvo.

—¿Entonces porque viven juntos?—alza la cabeza.

—¿Será porque somos amigos y se quiso quedar a ayudarme?—resalto lo obvio.—Y él está saliendo con Vanessa, la conociste y todo.

Me señala con una expresión en su cara como si lo hubiera traicionado. Marico, pero una cara de dolido impresionante.

—Tú lo obligaste a estar con ella.—me escupe.

—¿Disculpa? Él es un hombre, toma sus decisiones y no le apunto una pistola en la cabeza.—dejo el martillo en la mesa y busco una lija.—Ahora no quiero luchar por lo que perdí, intento enfocarme en otras cosas.

La pajua de Bianca | Logan LermanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora