33.El cumpleaños que se canceló.

152 30 97
                                    

—Logan ¿Si me estás parando bolas?

—Siempre te presto atención, amore mio.

—¿Y qué fue lo ultimo que dije?—arqueé una ceja.

—Que mientras esperamos a que la torta esté lista, vamos a buscar la bandeja de tequeños y el sonido en casa de Nelson.—contesta sin pensárselo.

Parpadeé, el coñodesumadre es bueno. Muy bueno.

—Te salvaste este round, Hottie.—le entrecierro los ojos.

Él apaga el televisor y se levanta del mueble para ir a mi espalda y rodear mi cintura con sus brazos, pegando su nariz en mi cabello.

—¿Cómo me crees capaz de no darle importancia al aniversario del día que naciste?

Mañana es 20 de noviembre, alias mi cumple. Quiero hacer una reunión bonita con mi familia, Ana y Nelson. Mi cumpleaños numero 23 terminé pasándolo en la sala de emergencia por una recaída de mi papá, esa noche solo tuve a Antonio con un ponquesito de la cafetería de la clínica.

Pero este año no tendré problema, mi papá ya es capaz de caminar por si solo con su bastón. De verdad ha mejorado demasiado estas ultimas semanas y hasta me atrevo a decir que antes de terminar el año ya estará completamente fuera de peligro. Otro motivo para celebrar.

—Estabas muy concentrado viendo el partido de los Lakers, es obvio que tenga dudas.—digo con gracia, poniendo mis manos sobre las suyas y cerrando los ojos.—Ya veinticuatro ¿Cómo te sentiste tú al cumplirlos?

—La única diferencia notable fue que no estabas, del resto todo bien.

—Solo he estado en un cumpleaños tuyo donde te emborrachaste y el otro ni lo pasamos juntos porque andabas pa otro lado.

—Es que no entiendo como pude sobrevivir veintiún años sin ti, después de ti todo es diferente.—hace una reflexión que no comprendo muy bien, pero lo dejo pasar porque sonó bonita.—Y tienes razón, este cumpleaños va a ser mas especial porque ya estamos juntos y en el mismo lugar.

—Y tampoco hay que escondernos.—añadí, recordando el malentendido de mi ultimo cumpleaños en California.

—Exacto, mi querida amada.—me gira para que estemos de frente y planta un beso en mi nariz.—Vamos saliendo, tenemos que hacer de este cumpleaños algo muy especial.

Caminamos a la puerta, pero Louie estaba ahí atravesado con su correa en la boca. Quiere que lo llevemos.

Logan me mira y yo encogí los hombros.

—Es tu hijo, a ti te hace caso. Tú ve si lo llevas o no.

Eso para él fue luz verde, así que le quitó la correa de la boca y se la ajustó para que salgamos los tres.

—¿Batman no querrá venir?—me pregunta mi novio.

—Va a ser una ladilla porque odia caminar mucho.

—Igualito a la mamá.

Con ese comentario se ganó un coñazo en la espalda.

(...)

Me daba risa que a cada sitio que íbamos, todos le tenían miedo a Louie. No entiendo por qué si es una ternura.

Ya mucha gente sabe que Logan está aquí, por eso no faltan los fans locos que vienen corriendo o nos empujan para tomarse fotos o pedir autógrafos. Logan nunca soltó mi mano ya que, si lo hacía, terminaría en el piso por tanta empujadera. Louie les ladraba porque en su mente, ellos nos estaban atacando. Fue todo un desastre llegar a la pastelería, pero eso no quitará mi buen humor.

La pajua de Bianca | Logan LermanWhere stories live. Discover now