19.Meet Louie.

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Narra Bianca Donatelli.

Ok, luego de la formadera de peo protagonizada por mi mamá y luego yo formandole peo a Logan por sapearme con ella, continué con mi trabajo. 

La buena noticia: lo entregué perfecto y a tiempo. El tipo hasta me pagó un poco más por lo lindo que quedó.

La mala: en la noche me dió un yeyero, de vaina y no me muero y el pobre Logan me llevó a emergencias. Y yo la verdad no entiendo por qué, no es algo que no se pueda arreglar en casa nojoda.

Dormí y descansé todo lo que no pude en estos días, es más, me levanté como 16 horas después, solo para que viniera un dolor de cabeza trimardito y que me recibieran Logan y Antonio con la misma cara de perro arrecho.

Chevere ps, ya me cagaron el hospedaje en la clínica.

—¿Qué?—parpadeé.—¿Estoy embarazada y ninguno es el padre?—fingí sorpresa.

No les hizo gracia mi chiste. Nos despertamos de malas ¿Eh?

—¿Me puedes decir por qué coño de la madre no dijiste que debes más de cincuenta mil dólares a la clínica?—Antonio habló, lanzando veneno.

Naguebona, la enfermera Martha si es chismosa.

—¿Por qué tenía que decirles?—no entiendo la arrechera que cargan.—Son mis deudas, las estoy pagando poco a poco.

—¡¿Debías más?!—abrió mucho los ojos.

—Bianca, de bolas que tenías que decirnos.—intervirne Logan.—He estado comiendo del mercado que haces con el dinero de tu bolsillo y gasto la gasolina que pagas.

—La gasolina no es costosa la verdad...

—Para rematar, fui a tu casa para buscarte ropa y encontré en tus cajones otras facturas de exámenes médicos tuyos—Antonio saca los papeles de la maleta que me hizo.—¿Cuando pensabas decirme que el año pasado tuviste un esguince de 2do grado? ¡Para esas fechas, acompañaste a mi mamá al centro!

En el centro hay que caminar mucho, pero muuuucho.

—Tecnicamente lo recorrió ella sola mientras me quedé sentada en una panadería.—le expliqué.

—¡¿Mi madre lo supo y no me dijo?!

O se arrancaba los pelos de la cabeza, o me los arrancaba a mí.

—No tenías que haber ocultado estos problemas.—me regaña el mariquito.—Es nuestra responsabilidad ayudarte.

Esquiusmi?

—Ya va, te voy a frenar ahí.—alcé la mano para pedir la palabra. Estos dos están muy desubicados.—No soy responsabilidad de nadie, es mi peo si yo les digo o no lo que me pase. Tú no eres mi papá—señalé a Antonio.—y tú no eres mi esposo.—señalé a Logan.—Así que no se metan, lo estaba resolviendo poco a poco. Como una persona normal.

—Que mal.—Logan frunció los labios.—Ya nos metimos.

Pelé los ojos ¿Ahora que hicieron estos dos?

Y como si Antonio leyera mi mente (que a veces pienso que es así) dejó un papel sobre mi regazo. Lo tomé con cuidado y casi pego un grito al ver que pagaron mis deudas de la clínica... También las de la alcaldía, no me jodan, esas si las tenía al día.

La pajua de Bianca | Logan LermanWhere stories live. Discover now