34.Escapando del infierno.

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Narra Logan Lerman.

—Después de todo lo que pasó y que ustedes se enfermaron como una semana, es bueno reunirnos todos otra vez.—nos dice Antonio, dejando los codos sobre la mesa.

Yo solté un bostezo que tuve que cubrir con mi mano para no ser maleducado. Bianca no estaba mejor que yo, su cara se deslizaba hasta pegarla contra la mesa por el sueño que cargaba.

—Yo entiendo que quieran mantenerse distraídos, pero esto es extremo.—indica Ana, señalándonos.

La fiesta de Bianca se canceló. Mientras estuvimos en la lluvia me dijo que no quería hacer nada en su cumpleaños y lo respeté. Igualmente no pudimos pararnos de la cama ese día ya que nos resfriamos por la lluvia; Ana y Nelson iban todos los días a cuidarnos.

Fue una semana deprimente, Bianca estaba desorientada todo el día y por las noches dormía aferrada a mí como si fuera a escapar. Y la entiendo. Tiene miedo.

—Logan tiene exámenes finales y sus tareas era una maldición.—murmura Bianca medio dormida.—Pasamos algunas noches sin dormir para asegurar la mejor nota.

—Yo le dije que no me ayudara,—la acuso.—pero es muy terca.

—Los dos tienen una cara de querer morirse.—menciona Nelson.

—Si queremos.—respondemos al mismo tiempo.

Ana se suelta a carcajadas y Antonio nos mira sin remedio.

—Es bueno saber que tienen muchas ganas de vivir.—dice Gagliardi con sarcasmo.—Pero la razón por la cual pedí reunirnos es que con todo lo que pasó, no pude entregarle mi regalo a Bianca.

Eso medio despertó a mi novia, la cual frunció el ceño aún con su cara de pegada.

—¿Y que es? ¿Un viaje a Mérida? ¿El burrito que siempre quise?

—Ten. Feliz cumpleaños.

Desliza un sobre por la mesa y ella lo recibe desconfiada. Puede que si sea un viaje y adentro esté el boleto, no me molestaría que tomara unas vacaciones.

Abre el sobre con cuidado y lee los papeles que están dentro con los ojos muy abiertos. Luce sorprendida. Muy sorprendida.

—¿Cómo que el apartamento está a mi nombre?—pregunta incrédula.

—Tenía pensando hacerle esta trampa a Pedro desde hace tiempo, para darte un "seguro" en caso de que pase lo que efectivamente pasó. Hablé con tu madre y Luigi, estuvieron de acuerdo con dejarte todos los bienes que tienen aquí y joder a tu papá.—nos explica a todos y Bianca sigue con la boca abierta.—Tuve que hacer un par de llamadas y hablar con un juez, pero ya todo te pertenece: el apartamento amoblado, una parcela en Barrera, el pequeño apartamento en la playa...

—Párate ¿Cómo que apartamento en la playa? ¡¿Tenía un apartamento en la playa y nunca supe?!

—Graziella me dió los papeles de ese inmueble más un poder, fue de las primeras cosas que compraron juntos.—la ayuda a sacar los papeles correspondientes para que los lea.

—No puedo creer esta mierda...—lee una y otra vez todos los documentos legales.—Yo partiéndome el culo y resulta que pude vender un montón de mierdas y vivir relajada.

—Y ya que todo esto pasó y tu papá es un maldito, ya no tienes nada que te mantenga aquí ¿Verdad?—interrumpe Ana, esperando una respuesta correcta.

Bianca deja los papeles sobre la mesa y se digna a mirarme. Me pregunta que haremos ahora. Me pregunta si ella puede continuar a mi lado.

—Haré lo que tú quieras, te sigo a dónde vayas.—tomo una de sus manos y la beso para reconfortarla.

La pajua de Bianca | Logan LermanWhere stories live. Discover now