1.U.S.A ahí te voy.

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Ha sido cordialmente invitado a la boda de:

David Henry Turner
&
Lindsey Caroline Lerman

Confirmar asistencia máximo dos (2) semanas antes.

Invitación válida para 2 invitados.

He leído esta invitación más de 8 veces, sin saber que hacer. Lindsey se casa, es una maravillosa noticia que debió traerle felicidad a todos allá en California.

Cuando me llegó la invitación, recordé todo lo que dejé atrás. A quien dejé atrás.

No he hablado con casi nadie desde que regresé a pobrezuela, una que otra vez con Ana, Lily y el tremendo peo con Venus y Froy. Por supuesto no podía abandonar a mi ahijada y le envío sus cuadros cada mes.

Lo que más me sorprendió fue que Lindsey lograra traerme un sobre por correo. O sea, de pana pensaba que eso ya no existía aquí en Venezuela.

Sentí una mano cálida rodear mi cintura sobre las sábanas y aferrarse a mi cuerpo. Que ladilla con este chicle nojoda.

—¿La tarjeta otra vez?—me pregunta. Su voz estaba ronca debido a que se acaba de levantar.

—Lindsey se tomó la molestia de invitarme, pero no creo que sea bueno si voy.—opino en un suspiro.

Él estiró el brazo y me quitó la invitación para dejarla de nuevo en la mesita de noche. Me giré para tenerlo de frente y aprovechó para agarrarme del cuello y plantarme un beso en los labios.

—Ya lo discutimos, vas a ir.—me sonrió.—Yo mismo te arrastraré hasta Maiquetía.

Me sonrojé horrible marico, es que ¿Cómo no derretirme con semejante hombre?

—Voy a verlo otra vez, Antonio.—confieso asustada.—No creo poder soportar esto sola.

—Lo harás.—asegura con una tranquilidad exagerada.

—¿Me estás escuchando? Te dije que lo veré otra vez ¿Y piensas que estoy lista para eso?—es que no entiendo, me da arrechera que lo tome a la ligera.—Estará toda su familia, quien sabe que ha pasado en mi ausencia. No, no iré.

Me quité las sábanas de encima, dispuesta a salirme de la cama. Pero Antonio es medio animal y me lanzó de regreso, posicionándose encima mío. Besándome lentamente, usando la lengua pa rematar, y apretándome una teta. Q abuso.

—Irás.—sentencia después de cortar el beso. Usó su sonrisita de superioridad y toda la paja.—Le demostrarás a esas personas que no eres una cobarde y vas a gozar una bola con tus amigos ¿Quedó claro?

Arqueé una ceja.

—Mira, pana, que me dobles la edad no te hace mi papá.

Él soltó una carcajada y me besó la mejilla antes de tirarse a un lado y estrecharme entre sus brazos.

—Consecuencias de salir con un Sugar Daddy, Bianca.

Ok sé que no entienden UNA MIERDA y que deben estar arrechos conmigo o x o y. Pero es que de pana pasaron demasiadas vainas desde que me vine.

No sé los demás, pero yo tuve días buenos como días infernales. Mantener a tu padre tú sola mientras empiezas de bueno no es nada fácil, fueron meses de tragedias, pero logré levantarme.

La pajua de Bianca | Logan LermanWhere stories live. Discover now