17. POR LA ORDEN DEL DÍA

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*pop*


Se escucho un ruido seco cuando el joven príncipe cayó al suelo.

Todo paso demasiado rápido y nadie tuvo tiempo de reaccionar.


Aquellos sin experiencia en las batallas ni siquiera pueden entender por completo la serie de eventos que se desarrolló de manera secuencial.


Y aquellos con experiencia no fueron capaces de reaccionar debido a que no sintieron ninguna intención maliciosa de la niña.


Por suerte para todos, la única herida en el joven príncipe podría ser un moretón en su retaguardia.


[[[.......]]]


Sin atreverse a hacer un ruido, las miradas de todos se intercambian constantemente entre la niña, el niño y la mesa.


Ya no era un caballo, de nuevo era solo una mesa.


Los platillos y extravagantes bajillas ya no estaban en el suelo, de nuevo era una elegante mesa preparada para la ocasión, en la espera de que sus invitados se acerquen para disfrutar las delicias que ofrece.


[¿Qué piensa? Su alteza príncipe Michael Alejandro luximia, ¿esta mesa es real?]


La niña rio con sarcasmo aun con su mano sobre la mesa, con calma extendió su mano para tomar una sola copa de vino, pero frente a los ojos de todos, su mano atravesó la copa.


Con una mueca exagerada dijo.


[Cielos, parece que no era una copa de vino, veamos si ahora lo es]


Con esas palabras meilina volvió a extender su mano hacia la misma copa de vino rojizo, pero esta ves la copa se poso en la mano de la niña.


Michael que había logrado recuperarse frunció el ceño mientras se levantaba.


[Es un buen truco, digno de una magia destinada al entretenimiento, ¿terminas... te?...]


Mientras Michael replicaba, la luz misma parecía deformarse alrededor de meilina.


La audiencia miro con asombro como la luz bailaba según la orden de su señora y adquiría lentamente una forma sólida.


Pronto la forma fue distinguible, bañado en un brillo dorada, desprendía una sensación de calidez y cobijo, pero al mismo tiempo te obligaba a entender tu posición.


No se aceptarían impurezas, puro es su nombre, inmaculado su derecho.

Un trono de oro y carmesí se manifestó desde la misma santidad para su señora.

Suspiros de anhelo y deseo se escucharon en la enorme sala.

Sin prestar atención, la niña dorada se sentó en ese trono.

REENCARNADO COMO EL VILLANO DUQUE ORCO CERDOWhere stories live. Discover now