14. LA VERDAD DE JESSICA 3

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No hubo tormenta.

No hubo presencia.

Ni siquiera la más mínima intención.


Con sus ojos cerrados la niña espero su inminente final.


Solo el ligero calor que sentía en su rostro, tal vez producto de algún hechizo, le advertía a la niña que aún vivía en este mundo irracional.


El viento no rozo su mejilla.

El dolor ya no acoso su pecho.


.........


Pero sin importar cuanto espero la niña....

El tiempo no parecía avanzar ni una pulga.


Solo el calor que sentía en su mejilla y la luz intermitente que distingue a través de sus parpados cerrados le advierten reiteradamente que su vida no a allegado a su fin.


Aun asi, tras tanto tiempo, pese a las advertencia, la niña empezó a dudar.

Instada por la intriga y sin miedo a un destino ya aceptado, la niña lentamente abrió los ojos.


Lentamente sus ojos de jade contemplaron el mundo una vez mas y lo primero que vio la niña provocó que apretara el tesoro en su mano con mas fuerza de manera instintiva.


Fuego, agua, viento, tierra, rayo, hielo.


Con formas de afiladas lanzas, los elementos apuntaban a la niña y a su alrededor como una pared de espinas que espera a que un incauto caiga en ella.


Jessica miro confundida la extraña escena.


(¿Qué clase de asqueroso fetiche por la tortura es este?)


Pensó mientras no podía entender porque alguien acercaría su hechizo ha una persona sin terminar el trabajo.


Pero pronto la niña noto algo.

Tal vez por el agotamiento o porque era simplemente demasiado inmenso en todos los sentido.


O tal vez simplemente porque todo se había tornado demasiado oscuro que, solo la luz creada a través de los hechizos llegaba a sus ojos.


Sea cual sea la verdad, a la niña le tomo un tiempo notarlo.

El suelo había perdido su color, de hecho, ella misma no podía ver parte de sus rodillas.

Como si estuviese dentro de un turbio pantano, una densa oscuridad la envolvía.


No se sentía viscoso o húmedo, no se movía como si fuese humo.

Aunque no tenía consistencia, su presencia le otorgaba cobijo por alguna razón.

Pero había algo incluso mas desconcertante para la niña.

REENCARNADO COMO EL VILLANO DUQUE ORCO CERDOWhere stories live. Discover now