11. SUEÑOS

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[¿Un sueño lucido?]


Miro el paisaje a mi alrededor mientras murmuro.


El cristalino lago permanece tan calmado que te hace pensar que podría ser falso.


Rodeado de un exuberante bosque dorado y una colina con el tamaño perfecto para ser usada como un mirador natural a un costado, dudas si es posible que tal escena pueda ser creada por la naturaleza.


Además, justo donde termina tan mágico bosque dorado, las montañas se extiende alrededor del fantasioso valle ocultándolo con una cordillera.


[Bueno, es eso, o he estado alucinando por 15 años.]


Técnicamente serian 60 años si tiene en cuenta que la cantidad de días y horas en el mundo del juego es el doble que el de mi mundo original.


Y mientras pensaba en cosas tan irrelevantes, camino hacia el lago familiar con una sensación de desganas.


[Bueno, es un sueño.]


Me convenzo cuando me acerco al lago y noto que hay alguien tomando tranquilamente el te en su centro.


No, no hay una isla en el centro del lago.


Solo una mesa con un elegante juego de te y dos personas que parecen disfrutar de una mañana tranquila.


Miro a la pareja en el centro del lago y luego hacia la colina a un costado...


[Esto es solo un sueño de todos modos]


Luego de pensarlo un poco, me rindo y camino sobre el agua hacia la pareja.


Cada uno de mis pasos formaron una onda en el imperturbable lago.


Y cada paso me acerco mas a mi destino.


Al niño de pelo negro que leía calmadamente su libro mientras estaba sentado frente a la mesa de te, no parecía importarle mi presencia mientras continuaba ojeando su libro y ocasionalmente levantaba su tasa para llamar la atención de la sirvienta detrás de el.


Por otro lado, la sirvienta de rubios cabellos se agitaba ligeramente cada ves que el niño acercaba la tasa a su rostro, rápidamente tomaba con torpeza la tetera de la mesa y le serbia mientras derramaba el te por todos lados.


Luego dejaría la tetera sobre la mesa nuevamente y tras un vistazo rápido en dirección al niño al cual no parecía importarle su falta de delicadeza, sus mejillas se sonrojarían ligeramente antes de volver a calmarse y permanecer inmóvil en su puesto.


Tal escena se repetiría una y otra ves.


Incluso cuando me senté en el asiento vacío, no mostro ni una señal de prestarme atención.


Además, mi tasa de te permanece vacía sin importar cuanto espere.

REENCARNADO COMO EL VILLANO DUQUE ORCO CERDOWhere stories live. Discover now