REENCARNADO COMO EL VILLANO DUQUE ORCO CERDO

26. EL REINADO DEL OLVIDO

-Nota: solo cuando una mujer da a luz, puede entender el dolor de un hombre cuando le da gripe, y básicamente por eso el retraso :v-

Aunque en este mundo de magia la costumbre dictaba que el día era para el bullicio y el orden, mientras que la noche para el reposo y el caos.

Había algunas ciudades peculiares que no compartían tal regla no escrita.

Y aunque la mayoría de ellas usaba la noche como un momento para desenfrenar deseos cuestionables.

Había una en la cual... Tales deseos se desenfrenaban a cualquier hora de todos modos.

[Cuerpos humanos, nya, lleve sus cuerpos humanos, nya, fresquecitos, nya]

[¿Qué tienes allí mi pequeño mal ancestral?]

[Cuerpos humanos frescos, nya. 4 monedas de plata, nya. Lleve 5 y pague 6, nya]

[¿Quién podría decirle que no a tan encantadora oferta? Llevare los más frescos del día]

[Nyaaa~~~]

Pero incluso en esta ciudad donde todos parecen vivir sus vidas alegremente bajo la luz de las lunas llenas.

En esa hermosa noche, había una familia que no la estaba pasando tan bien.

[¿Será hoy querida oveja?]

Recostada en su cama mientras acariciaba la cabeza de su pequeña tátara nieta que se abrazaba a ella, una mujer de avanzada edad mira al visitante que apareció en su ventana mientras pregunta con una mirada resuelta que parecía haber visto todo lo que necesitaba ver de su mundo.

[Cuando la luna este en su punto más alto y su reinado sea absoluto]

Oveja respondió a la gentil anciana que le daba la bienvenida con una sonrisa cálida.

Por costumbre de su raza, ella siempre seria capas de sentir cuando la vida de una persona estaba cercana a su final siempre que fuese de una manera natural y siguiendo sus instintos, buscaría está al lado de esa persona para su ultimo respiro.

Esa era una de las razones por la cual su clan vivió en el exilio.

Hace mucho tiempo, fue considerados un mal augurio que presagiaba a la muerte y llevados al borde de la extinción.

Si fuese completamente honesta, oveja esperaba una actitud similar cuando comenzó a obedecer sus instintos en la ciudad, pero no era algo que pudiera evitar.

Aun asi, el resultado no fue como espero.

[Oveja, esta noche hace frio, pasa y toma un poco de chocolate caliente con nosotros]

Oveja miro a la pareja que le ofreció su hospitalidad, la bisnieta de la anciana y su esposo miraron a oveja con cariño incluso cuando sus ojos eran rojos de tanto llorar.