02. Capítulo dos

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—¿Estás siguiéndome?

Su pregunta, más que sonar agresiva, cargaba atisbos de sarcasmo o de simple diversión, pues bastó conque soltara una risita burlona para que ChanYeol entendiera que se refería a él, incluso si no estaba viéndolo fijamente, y es que BaekHyun apenas había sentido su presencia cuando ya estaba cuestionando cada una de sus acciones, importándole poco todas las personas que los rodeaban.

—¿Desde cuándo eres el dueño de este casino, Byun? —preguntó de regreso, alzando una ceja para enfrentar el rostro de quien por fin se volteaba hacia él, usando un movimiento tan ligero que ni siquiera había cambiado su posición en la fila.

—Desde que tu culo está muy cerca del mío —respondió con simpleza, sonando firme pero tranquilo, burlesco pero serio, con esos rastros de ironía que ChanYeol siempre podía reconocer en su voz.

—Solo estoy esperando mi turno —alzó los hombros en respuesta, sin sonar realmente preocupado, y es que encontrarse con el menor había sido una mera jugada del destino.

—¿Justo detrás de mí? —volvió a cuestionar, observando el cuerpo ajeno de pies a cabeza, de abajo hacia arriba, usando ese rostro arrogante que pretendía mantener su fachada de frialdad.

—La suerte está de mi lado —finalmente sonrió, ensanchando sus labios con cierto aire coqueto que no pasó desapercibido para el menor, y es que bastó con que ChanYeol le lanzara un guiño para que BaekHyun se volteara otra vez, intentando ignorar aquella presencia que definitivamente seguiría allí por un tiempo. 

Soltó un suspiro al reconocer la frustración en su pecho, aquella que presionaba y le repetía que todo iba de mal en peor, al menos cuando se trataba del mayor, y es que en serio lo irritaba habérselo encontrado dos días seguidos cuando llevaba meses sin saber de él.

—¿Ya sabes qué almorzarás hoy, Byun? —cuestionó ChanYeol, interrumpiendo sus gruñidos, y es que el menor incluso había empezado a soltar ruiditos molestos sin ser realmente consciente de ello—. Mi corazón dice que vaya por el arroz, pero un buen plato de fideos también me vendría bien.

—Pensé que siempre comías pene, Park —soltó sin más, girando sobre sus pies para enfrentar el rostro del mayor, quien lo veía con la misma sonrisa lasciva de siempre, asintiendo levemente como si aceptara su broma con los brazos abiertos.

—Solo si es el tuyo, cariño —respondió en seguida, dando un paso al frente al descubrir que la fila había avanzado un poco –y para incomodar a BaekHyun, por supuesto–.

—Estás aprendiendo bien —sonrió como si nada, aún en su lugar, inclinándose lo suficiente para que su nariz rozara con la ajena, logrando que el mayor abriera sus ojos con asombro, y un poco de preocupación, cuestionándose el próximo movimiento del menor—. Increíblemente bien, bebé. Te felicito. 

Y entonces simplemente abandonó la fila, esbozando una última sonrisa coqueta que destruyó la poca cordura que le quedaba a ChanYeol, y es que recién logró reaccionar una vez que BaekHyun se perdió entre la multitud, yendo hacia una mesa en la que seguro le robaría comida a alguien, pues había renunciado a su almuerzo solo por huir de él.

¿Desde cuándo tenía tanto poder?

In your mouth | ChanBaekDonde viven las historias. Descúbrelo ahora