08. Capítulo ocho

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Vivir en esa casa era una de las mejores cosas que le había pasado, justo después de conseguir una beca de estudios en Corea del Sur, pero el ambiente se volvía un poco abrumador cuando BaekHyun estaba de mal ánimo, y es que apenas le dirigía la palabra, sus miradas carecían de estima y no hacía más que ir resoplando por ahí, maldiciendo en voz baja como si eso arreglara al menos una parte del problema.

Suspiró al notar que bastó con que entraran al hogar para que el menor corriera a su cuarto, dispuesto a encerrarse como siempre lo hacía, con la música saliendo a todo volumen por sus auriculares y algún punto fijo para observar en el techo de su habitación, mientras que su mente se llenaba de un poco más de mierda para agravar sus preocupaciones.

Sí, después de llevar más de ocho años junto a él había aprendido cada una de sus manías, cada uno de sus defectos, aunque no podía negar que también tenía muchos atributos, incluso si había pasado un buen tiempo desde la última vez que los había visto, por no mencionar todos los meses y años que eso significaba.

Lo vio soltar un gruñido antes de lanzarse a su cama, y también lo vio arrojar su celular como si ni siquiera estuviera dispuesto a relajarse con un poco de música, y fue entonces cuando decidió que, si lo había seguido hasta su cuarto, era precisamente para ayudarlo –o para hacerlo enojar aún más, a decir verdad–.

—¿Te gusta ChanYeol?

La pregunta salió tan ligeramente que BaekHyun apenas logró procesarla bien, demorándose lo suficiente como para que YiFan se sentara a su lado y le sonriera desde arriba, intentando lucir preocupado incluso cuando lo último que necesitaba era que alguien se preocupara por él. Es decir, toda la escena le parecía ridícula, y es que solo faltaba que su hyung le quitara los pelos que le cubrían la vista para que fuera un asqueroso cliché.

Él no era una adolescente en problemas.

—Tendría que estar desesperado para que…

—Hablo en serio, BaekHyun —el castaño lo cortó en seguida, arrugando el entrecejo para darle un poco más de credibilidad a su discurso—. Sabes perfectamente que no tienes por qué fingir conmigo.

Un suspiro, esa fue su única respuesta al regaño, sin mencionar la forma en que rodó los ojos y se cruzó de brazos, quitando la mirada de YiFan para ver nuevamente al techo de su cuarto. Odiaba lo blanco que era, y lo frustrante de su día, y también odiaba que el mundo se esforzara tanto por hacerlo enfadar, y es que hasta el más mínimo detalle lo hacía perder un poco más la cabeza.

—No, no me gusta ChanYeol —soltó entonces, esbozando un puchero casi imperceptible, aunque no por eso pasó por alto para el mayor.

—¿Entonces por qué lo tratas tan mal? —le reprochó en seguida, apuntándolo con su dedo índice al mismo tiempo en que alzaba una ceja, dispuesto a sacarle una sonrisa al menor incluso si estaba en medio del primer regaño del año.

—Es nuestra dinámica, YiFan —explicó sin más, alzando los hombros—. Él viene, me molesta, yo lo molesto de regreso y…

—¿Y eso explica por qué rechazaste su apoyo? —interrumpió con cierta ironía en su voz, cruzándose de brazos ante la atenta mirada ajena.

—El idiota no es mi amigo, ¿sí? —escupió con enfado, cada vez más alto, alzando las cejas como si estuviera realmente ofendido por la pregunta del castaño—. Y tú sabes perfectamente que no iré a lloriquear a su hombro cuando apenas logro hablar mis problemas contigo o con JongIn.

—Solo digo que podrías darle una oportunidad, pequeño —suspiró en respuesta, estirándose lo suficiente para despejar la mirada contraria, logrando que BaekHyun soltara un gruñido—. ChanYeol es un excelente amigo, y estoy seguro de que sería un novio todavía mejor.

—Ya te dije que no me gusta.

—Quizás es el amor de tu vida —negó con la cabeza, como rechazando aquello que el pelinegro decía con tanta decisión, y es que sabía que solo quería convencerse a sí mismo, porque a él no lo convencería jamás—. Pero tú sigues haciendo chistes sobre penes cuando lo único que quieres es que te lo m…

—Suficiente —apartó la idea de la única forma que se le ocurrió, y es que sus manos fueron a parar a la boca de YiFan antes de que siguiera diciendo idioteces que lo hicieran enojar, o tal vez reír, y es que sabía que ese era su único objetivo—. Si alguien va a meter su pene aquí, ese seré yo.

YiFan soltó una carcajada bajo sus dedos antes de apartarlos, dándole un leve golpe en el brazo que no tardó en sacarle una sonrisa, y es que BaekHyun sabía lo que venía.

—Iba a decir que te lo mamara, pero está bien —alzó los hombros en respuesta, todavía riendo, poniéndose de pie antes de que el menor le devolviera el manotazo, más por diversión que por venganza—. Si eso es lo que quieres, no soy quién para juzgarte.

—Ya te dije que no me gusta —soltó en medio de un suspiro, ocultando la sonrisa que quería esbozar.

—¡Qué lástima que no te crea! —fue lo último que dijo, soltando una nueva carcajada ruidosa –e increíblemente aguda– antes de escapar del cuarto entre otros tantos gritos, dejando a BaekHyun con el ceño fruncido y un poco más del enojo que creyó que ya había superado.

Pero era imposible que lo hiciera, ¿no? Era imposible que el menor olvidara su molestia cuando de pronto solo podía pensar en ChanYeol y en lo mal que lo había tratado, y es que las lágrimas en sus ojos sí le habían dolido, pues –a diferencia de lo que otros y él mismo creía– aún le quedaban sentimientos.

In your mouth | ChanBaekWhere stories live. Discover now