04. Capítulo cuatro

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—¿Qué haces por estos lugares, precioso? ¿Acaso tu culo sabe cómo moverse?

Una semana, había logrado evadir a ChanYeol durante toda una semana, pero su suerte seguía siendo una mierda.

Decir que usó otros pasillos de la universidad era decir poco, pues también intentó quedarse en el casino menos tiempo del que acostumbraba, evitó el baño en el que se toparon dos veces a toda costa e, incluso, se sentó hasta el fondo del salón de la única clase que compartían, llegando lo más temprano posible para que el mayor no lo viera entrar, y es que incluso se ponía su capucha para pasar como uno más del montón.

Pero ahí estaban de nuevo, en plena clase de baile, mirándose el uno al otro como si buscaran alguna forma de matarse, o de atacarse –fuese de la forma que fuese–, y es que sus miradas parecían escupir fuego,mezclándose sutilmente con ese deseo que ninguno sabía controlar muy bien.

—Creo que al tuyo necesita ayuda —sonrió con malicia, dando dos simples pasos para quedar frente afrente con el mayor, quien ni siquiera se movió, y es que no esperaba que BaekHyun fuera tan atrevido como para tomar su trasero, masajeándolo suavemente—. Y yo tengo el mejor ejercicio para ti.

—¿Ah sí? —respondió con la misma mueca de alegría que había usado el menor, intentando mantener la calma incluso si la mano ajena seguía aferrándose a su cuerpo—. ¿Y me lo quieres enseñar, o prefieres que lo aprenda por mi cuenta?

—¿Aún no sabes cómo hacer sentadillas, Park? —espetó con ironía, soltando el glúteo ajeno para volver a tomar distancia, no sin antes darle una nalgada que fuera lo suficientemente silenciosa como para que nadie se volteara a verlos—. ¿Qué dices si empiezas por darme unas treinta?

—¿Desde cuándo eres mi profesor? —preguntó con cierta soberbia, o arrogancia, alzando una ceja que solo demostraba la seguridad que sentía en ese momento.

—Desde que estoy postulando para convertirme en ayudante del señor Kang —soltó con igual decisión, cruzándose de brazos el tiempo suficiente para apreciar la mueca de asombro que ChanYeol le regalaba.

—Estás jodiéndome, ¿verdad?

—Sé que te encantaría que lo hiciera, cariño —sonrió con tanta picardía como siempre, guiñando un ojo casi al mismo tiempo en que el profesor aplaudía en medio de la sala de baile, llamando la atención de todas las personas que no tardaron en acercarse a él—. Es una lástima que tenga cosas más importantes quehacer.

Entonces simplemente se alejó de él, usando un trote ligero que ChanYeol admiró de principio a fin, un poco –muy– embelesado por la forma en que sus piernas resaltaban incluso a través de su holgado pantalón, y es que verlo en ese estado tan natural, con su largo cabello revuelto, cubriéndole al menos la mitad de su cara... ¡Dios! Él en serio dejaría de prestarle atención a la clase si BaekHyun seguía existiendo tan cerca de él –aunque ni siquiera le molestaba, a decir verdad–.

El problema era que ChanYeol también tenía una suerte de mierda.

—¡Byun! ¿A dónde vas? —preguntó apenas lo vio trotar hacia la puerta de salida, atrapándolo justo cuando su mano estaba por girar el picaporte.

—Te tengo una buena noticia, Park —sonrió de medio lado, alzando una de sus manos para despejarse la vista, y es que quería mostrarle su mejor rostro al mayor antes de soltar la bomba que tenía en la comisura de sus labios, cosquilleando por atacar a ChanYeol—. Rechacé la oferta de Kang.

—No me digas que lo hiciste por mí —murmuró entre dientes, volteándose apenas un par de segundos para ver al grupo de estudiantes, quienes seguían atentamente las indicaciones del profesor. Si no quería llevarse un castigo, lo mejor era que volviera junto a ellos.

—¿Te crees tan importante, amiguito? —carcajeó con tanto sarcasmo que el mayor quiso golpearlo, o tal vez acorralarlo, y es que lo único que deseaba era atacar sus labios como si no hubiera otra alternativa paracallarlo—. Este será un semestre difícil —murmuró finalmente, más para sí mismo que para ChanYeol,dándole una última mirada juguetona antes de simplemente irse, dejando a su rival con las palabras en laboca.

Ni siquiera le había negado que él fuera el motivo por el que rechazó la amabilidad de Kang, aunque eso no lo hacía más feliz, ¿y es que acaso BaekHyun no se cansaba de huir?

In your mouth | ChanBaekDonde viven las historias. Descúbrelo ahora