015. Capítulo quince

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¿Qué faltaba para que fuera una cita perfecta? ¿Una caminata por el parque en donde la luna alumbraba su sendero estaría bien? ¿Y si probaban un parque de diversiones, en donde las risas estaban garantizadas? ¿Qué tal si solo pasaban a la casa de alguno y se quedaban hablando hasta la madrugada? ¿Y si mejor lo dejaban así, con la deliciosa cena y la increíble compañía?

BaekHyun solo esperaba lo último, porque de romántico le quedaba poco, así que estuvo realmente conforme cuando el convertible se estacionó afuera de su casa, haciéndolo voltear hacia el mayor. ChanYeol ni siquiera lo miraba, aunque sonreía ampliamente, soltando una suave carcajada que lo desconcertó un poco, por no decir demasiado.

—¿Qué es tan gracioso?

Había sonado levemente ofendido, lo sabía, pero no podía ocultarlo cuando un chico parecía reírse de él, casi con descaro, haciéndole pensar tantas cosas que también había sonado un poco asustado, un poco alterado, como si estuviera listo para discutir cuando realmente no había nada por qué hacerlo.

—¿Eres consciente de que nunca te he tocado?

La pregunta ajena terminó por desconcertarlo, haciéndole abrir la boca lo suficiente para que ChanYeol lo notara, aún en medio de la oscuridad de la noche. ¿Decir que se había quedado sin palabras sería lo más acertado? Porque tenía un montón de insultos en su cabeza, pero ninguna frase coherente para responder a esa duda que parecía más bien retórica.

—Tú me has tocado el culo, me has acorralado contra las paredes, e incluso me has despeinado.

—¿Tu punto? —habló al fin, sintiéndose un poco –demasiado– superado por la situación.

—Supongo que no soy tan acosador como dices, ¿eh?

Dudó. ChanYeol había dudado de forma tan evidente que BaekHyun quiso refregárselo en la cara, casi con burla, haciendo algún baile ridículo que denotara el triunfo que sentía, incluso si no sabía qué había ganado. Se encontró apuntándolo con un dedo incluso si sabía que no tenía que hacerlo, que era mejor callar, que indagar tanto no traería nada bueno.

—Eso no es lo querías decir —acusó de inmediato, contrariando a su mente—. Vi como cambiaste de opinión antes de hablar.

No, nada bueno saldría de eso, y debió saberlo al ver el brillo en los ojos de ChanYeol.

—El punto es que quiero besarte, BaekHyun, pero no quiero hacerlo si tú no estás de acuerdo.

¿Qué? ¿Estaba oyendo bien? ¿No estaba soñando? ¿No era otra de sus pesadillas? ¿No estaba atrapado en ese universo alterno en donde ChanYeol era su novio? ¿No era nada de eso?

—¿Por qué?

Si no entendía qué estaba pasando, al menos tenía que entender por qué el mayor quería besarlo, o por qué no se atrevía a tocarlo, por qué cuidaba la distancia entre ambos, por qué seguía en su asiento cuando podría haberse acercado para ponerlo más incómodo, por qué lo veía a los ojos cuando lo más razonable era que se avergonzara de su declaración.

—No soy quién para tocar tu cuerpo sin tu autorización.

Tan cordial, tan dulce, tan preocupado. Tan insoportablemente perfecto.

—Eso me hace quedar tan mal —carcajeó por simple nerviosismo, evitando jugar con sus manos incluso si sus dedos empezaban a cosquillear—. ¿Acaso quieres que me sienta lo suficientemente culpable como para darte permiso?

—No me molesta que me toques —asumió como quien dice que le gusta una comida, de forma tan natural y sincera que le causó un escalofrío en todo el cuerpo, especialmente en las piernas, y es que empezaban a debilitarse más por cada segundo que pasaba.

—Eres tan…

—Y eres libre de escoger lo que quieras, BaekHyun —lo interrumpió en seguida, dejando su broma en el rincón de su mente que todavía ni siquiera la había creado—. Jamás te obligaría a hacer algo que no…

—Eres el peor ser humano que he conocido —lo interrumpió de regreso, tensando la mandíbula lo suficiente para que sus dientes rechinaran, mostrando lo frustrado que se sentía en ese preciso momento.

—¿Por qué? —alzó las cejas con asombro, acomodándose un poco mejor en su asiento para enfrentar la mirada que parecía reclamarle un montón de cosas, desde la forma en que había llegado a su vida hasta el modo en que había insistido con permanecer en ella, aún con las dificultades que BaekHyun mismo le había puesto.

—Porque no se supone que me sienta así.

Entonces se inclinó lo suficiente para acortar la distancia entre ambos, tomando la nuca de ChanYeol para enredar los dedos en su pelo, dejando algunas caricias codiciosas que solo lo llevaron a suspirar antes de unir sus labios, moviéndolos con tanta desesperación que cualquiera habría pensado que llevaba meses esperando ese momento, o al menos un par de horas, pues la velada en sí lo ameritaba.

Y es que, después de todo, ¿no era un beso lo que faltaba para que fuera una cita perfecta?

In your mouth | ChanBaekDonde viven las historias. Descúbrelo ahora