025. Capítulo veinticinco

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—Me dijeron que tuviste sexo con un chico. ¿No parece un rumor demasiado homosexual para ti?

Una sonrisa iluminó su rostro incluso antes de que alzara la vista, encontrándose con aquel muchacho que sostenía sus hombros desde atrás, dejando leves caricias en ellos, casi como si los masajeara. ChanYeol también sonrió, usando esa mirada cálida y cariñosa que siempre había mostrado para él, incluso en los peores momentos, estaba tan enamorado que cualquiera lo habría aceptado sin siquiera pensarlo dos veces.

—¿Celoso, Park?

BaekHyun había sido la excepción, siempre huyendo de sus encantos, desde esa blanca y prolija sonrisa hasta esos ojitos que parecían dos dos media lunas cuando sonreía, dos pequeños y hermosos surcos en los que siempre había temido perderse más tiempo del debido. Mostrar lo que ChanYeol causaba en él jamás había sido una posibilidad, incluso cuando empezó a caer con más fuerza, con más demencia, llegando a tal punto en que pensaba en ChanYeol a cada segundo del día, desde que despertaba hasta que se dormía, e incluso más, pues también había encontrado al mayor en sus sueños, y en sus pesadillas, repitiéndole que aceptara de una vez lo que sentía.

—No tienes idea, Byun —volvió a sonreír, dejando una suave caricia en su mejilla para finalmente sentarse a su lado, echando una rápida mirada a su bandeja vacía antes de simplemente observarlo a él, soltando un suspiro que había sonado entre esperanzado y enamorado—. Debe ser un chico afortunado.

—Eso fue lo mismo que dijo él —asintió con cierto orgullo, sin despegar sus ojos de los ajenos, ya no había necesidad de fingir que no le gustaba eso, verlo a cada segundo del día, especialmente cuando el mayor alzaba su mano y despejaba un poco su rostro, moviendo el flequillo que había dejado crecer tanto como todo su pelo.

—¿Fue tan sucio como yo? —preguntó con cierta risita ahogada, usando su pulgar para rozar los labios partidos que siempre le habían gustado tanto, incluso cuando BaekHyun los mordía para herirlos más.

—Jamás había escuchado tantos insultos en mi vida —carcajeó levemente, asintiendo una vez más para finalmente inclinarse un poco, capturando la boca ajena con tanta destreza que ChanYeol no tuvo más remedio que ahogar un gemido, BaekHyun incluso estaba enredando los dedos en su cabello.

¿Era real todo lo que estaba pasando? ¿En serio había llegado ese momento en que el menor lo besaba y ya, sin deambular entre querer y poder? ¿De verdad estaban “juntos”, más allá de todas las cosas que eso conllevaba? ¿No estaba en otro de esos sueños en los que BaekHyun se mostraba dulce, cálido, enamorado, y luego despertaba para notar que no era más que una ilusión? ¿Eso realmente estaba pasando? ¿Ellos en serio estaban ocurriendo?

—Me encanta que hayas vuelto a sonreírme —murmuró tras alejarse del menor, rozando sus narices al mismo tiempo en que acariciaba la mejilla del contrario.

—Siempre tan cursi, Channie —carcajeó ligeramente, intentando ignorar el tornado que se armó en su estómago por la simple existencia del mayor, y es que su mirada, su sonrisa, sus caricias, sus palabras; todo lo tenía tan enamorado.

—Es mi esencia de tsundere —bromeó de regreso, logrando que BaekHyun rodara los ojos antes de soltar una carcajada aún más fuerte que la anterior.

Entonces simplemente se besaron, esta vez con más suavidad, con más calma, con más cariño. De pronto entendieron que no hacía falta apresurarse cuando se tenían ahí, uno al lado del otro, sus narices rozándose y sus respiraciones mezclándose, sus dedos recorriendo el rostro ajeno y esculpiendo cada detalle, cada centímetro. No había cosa que ChanYeol amara más que sostener las mejillas de BaekHyun, sumergiéndose un poco más profundo en su boca.

—¿Cómo se supone que te insulte ahora que caí en tu trampa? —sonrió el menor una vez que volvieron a tomar distancia, usando sus propios dedos para moldear la mandíbula del mayor.

—Ser cursi es una buena alternativa —lo tentó ChanYeol, sonriendo amplia y sinceramente.

—No me pidas tanto, bebé —dijo con cierto tono burlón, sabiendo que negarse era jodidamente contradictorio con el meloso apodo que había utilizado, y con la caricia que estaba dejando en sus labios antes de simplemente acercarse a ellos, besándolos una vez más, casi con necesidad, ni siquiera entendía cómo había sido capaz de negárselos por tanto tiempo, aún sabiendo que eran todo aquello que siempre había necesitado.

Suaves, dulces, cálidos, acogedores; los mejores labios que había probado.

—Eres delicioso, Byun —murmuró ChanYeol, recibiendo los besos de BaekHyun como quien recibe un vaso de agua fría en pleno verano, atendiendo a la sed que había tenido por tanto tiempo.

—No empieces, Park —el menor gruñó antes de alejarlo de su rostro, poniendo un dedo sobre su pecho y apuntándolo con otro, casi como si estuviera regañándolo, cuando la verdad era que solo deseaba besarlo hasta que el día acabara—. ¿Acaso tengo que recordarte que estamos en público?

Pero ni siquiera alcanzó a rozar los labios de ChanYeol –sí, una vez más, porque jamás tenía suficiente– antes de que un chillido interrumpiera su acción, haciéndolo sonreír al instante, aún si no había concretado su plan. Divisó a un grupo de chicos acercándose a ellos apenas alzó la vista, intentando ignorar la especial emoción de uno, quien no tardó en correr hacia ellos y simplemente dejarse caer en una silla, viéndolos con las manos en las mejillas y los codos sobre la mesa, casi como si fueran una especie de animal exótico.

—¡No puede ser! —volvió a gritar MinSeok, sin siquiera ocultar la enorme sonrisa que llevaba, o la forma en que sus ojos brillaban, haciéndolo lucir como un verdadero infante—. ¡Mis padres al fin están juntos!

—Y tú querías montarme frente a todos —BaekHyun murmuró justo cuando el resto de sus amigos llegaron hasta la mesa, soltando una carcajada tan ruidosa que más de una persona se volteó a verlos.

Sí, él por fin estaba feliz, realmente feliz. Ni siquiera le importó que más de una mirada lo juzgara cuando volvió a reclamar los labios de ChanYeol como propios, porque lo eran, por fin lo eran, y estaba jodidamente feliz al respecto.

In your mouth | ChanBaekWhere stories live. Discover now